En mi casa
siempre hubo amor.
No se proclamaba con fuerza de carnaval,
pero se deslizaba
por la vida hogareña,
como témpano de aguas marinas :
sutil, solitario, callado.
También, el amor, en mi hogar
se iba más allá
de los hitos de la casa,
" a las orillas
de todas las tierras. "
( como dijera Neruda en Los versos del capitán ).
Es verdad que se asomó
el dolor.
Pero, ¿ existe amor
sin que brille una lágrima?
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