Beau se aplica en francés, para el masculino y belle para el femenino; significan lo bello. Están relacionados con la impresión estética. La belleza siempre es un aliento agradable.
En italiano, feo es brutto, es una presencia que forcejea para desaparecer y también pugna para imponerse. Contrario a lo bonito, cuando aflora en el paisaje, la arquitectura, la pintura, la música, la literatura, en fin, donde quiera que en las artes se manifiesta la estética, obtiene el salvoconducto de todas las miradas. Mientras que lo grotesco recoge el rechazo de la animosidad y el exilio del sentimiento.
Con frecuencia este contraste se ve en las carreteras. Frente al ornato de la flora, sobresalen unos fuertes brochazos de pintura amarilla para el tráfico y luego, que se va borrando y desaparece su intensidad, proyecta un dejo o abandono que es característica de lo feo.
Recuerdo que así pasaba con las bolas de tenis : eran blancas en un principio y, luego el uso las tornaba en color café que, repugnaban frente a la belleza de las canchas y las miradas de los espectadores. Esto evolucionó y se crearon las bolas fosforescentes.
Pensamos que así también, vendrá en el futuro, un cambio o transformación en las zonas de calles y avenidas.
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