Vi los ojos de la paloma
inquietos y tiernos,
que arrancaban paisajes fugaces
y cristalizaban maizales trémulos.
No recuerdo si amarillos,
rosados o sangre.
Las marismas de tus ojos
ondeaban paisajes en rielo.
Sus remos extendidos
batían el espacio.
Pero los ojos encendidos
acosaban celebridades.
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