En Rayuela ocurren tantas cosas significativas, que nos sorprenden y nos impresionan.
Un día me fijé donde se afirma que es muy raro encontrar en la literatura personajes que vayan silbando. También se refiere al momento en que se enderezan clavos con un martillo para reutilizarlos
y, los pinchazos cuando el martillo cae sobre los dedos. En El perseguidor, cuento de Cortázar, se habla sobre las sillas. Se alude a la tradicional preferencia que muestran los pintores por ellas. Pero nada más. Ahí había madera para trabajar.Nos dejó Cortázar sin que pudiéramos chuparnos el dedo.
Las sillas es un tema para extenderlo. El autor le atribuye a la silla : el atuendo de la comodidad, que es instrumento del orden, que tiene la delicadeza de la flor, el agrado del perfume y que refleja la virtud de la honradez. ¿ por qué la silla es todo esto ? ¿ por qué los pintores la prefieren en sus obras ?
En una descripción borgeana, de gran precisión, Cortázar ha descrito un sillón, (el macho de la silla ).
" Un roñoso sillón que larga por todos lados pedazos de estopa amarillenta ".
El perseguidor es una búsqueda. Johnny no persigue la perfección interpretativa, busca un sosiego interior, un equilibrio mental, una limpieza de propósito. Busca un resplandor en el alma que le proporcione balance espiritual a través del jazz, de la música. En la narración Johnny se ha convertido en un objeto, algo así como los signos de puntuación en las oraciones, que echamos mano de ellos sin detenernos a dilucidar su valor mecánico y estratégico y su semántica si la tuviere. En ese sentido, la silla está dotada de mayor trascendencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario