Poemas de Sonata de Primavera de Ramón M. del Valle-Inclán.
organizados y compilados por Carlos M. Mercado Galartza.
Fueron horas de tortura indefinible.
Ráfagas de una insensata violencia,
agitaban mi alma.
Vi palidecer intensamente sus mejillas.
Y brillar el odio en sus ojos.
La noble señora buscaba herirme
con su desdén.
Salí de salón en medio
de un profundo silencio.
Bajé al jardín,
donde volaban los vencejos
en la sombra azul
de la tarde.
El silencio se cernía
como un murciélago de maleficio.
Dos palomas se arrullaban,
huyeron al acercarme.
Una torre aparecía cubierta
de negros vencejos.
Se oía el murmullo de las fuentes.
Algunos pájaros sin nido,
llenos de frío
sacudían el plumaje mojado,
piando tristemente.
( Sonata de Primavera, pág., 55-61-68-69 ).
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