Don Quijote nunca salió de su cama
Acostumbraba madrugar : no dormía y le
asaltaban fantasías estimuladas por intensas lecturas. atisbó las posibilidades
de sueños en vigilia y esto le preocupó: por eso tenía
" otros mayores y continuos
pensamientos".
En ocasiones, estando despierto : "
Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo ".
" Cuatro días se le pasaron en
imaginar qué nombre le pondría". Durante este esfuerzo prolongado, don
Quijote vio un sueño al cabo de los cuatro días en su " memoria e
imaginación ". En su cerebro se proyectó la visión esplendorosa de un
caballo hermoso, fuerte, altivo. Al compararlo con el suyo escuálido y
famélico, pensó que aquella visión de caballo hermoso era, al punto, el pasado
del suyo.
Después volvió a esforzarse en perseguir
otro sueño : " en ese pensamiento duró ocho días " al cabo de los
cuales vio proyectarse, en su mente, paisaje de su región de la Mancha."
El campo de Montiel [ en la Mancha ] un área reverberante e ilimitada, donde se
hallan todas las cosas del mundo como en un ejemplo ". ( Meditaciones del
Quijote, Ortega ).
No se trastornó don Quijote por las
muchas lecturas, sino por los muchos sueños. De aquí que le era fácil verse
venciendo a un gigante; porque en los sueños sólo de pensar un hecho la mente
lo hace posible. En realidad don Quijote no salió nunca de su lecho; todas sus
aventuras no pasaron más allá del cálido entorno de su cama. ( 1 ).
Cada uno de los 126 títulos de capítulos
de la novela en su integridad de ambas partes, son una obnubilación. A cada uno
le cubre una redecilla de mágico enlace que esconde esenciales y fundamentales
acontecimientos. Ningunos de ellos dice nada de lo que acontece en el
transcurso del mismo. Sólo declaran vaguedades, veamos, por ejemplo, este título:
" Que trata de lo que verá el que lo leyere, o oirá el que lo escuchare
leer "
( Cap. 66, II parte ). Esto es así,
porque cada uno de ellos da inicio a una experiencia onírica, incierta y
voluble como los sueños.
Aún en los momentos que impactan por circunstancias
de realismo crudo, como cuando una avalancha de gentes y de toros bravos
arroyan a don Quijote y a Sancho, al paso atolondrado y precipitante de
aquellas masas de toneladas que pasan por encima de ellos como sobre un tapiz;
al final, todo resulta una sutileza de humo, de somnolencia, de ingravidez, de
" espíritus desalentados llevados de sus imaginaciones ". Don Quijote
con su cuerpo asendereado, pero estático en un aura vano como quien oye y ve a
Sancho desde lejanías. Entonces lo vemos enfrentar el azote del polvo de la
derrota de parte de entidades que no alcanzaron la elevación de su espíritu,
sufre, reflexiona y divaga en las aguas del sueño.
El ardor del sueño general de sus
peripecias fue estimulado por la singular postura, de meterse en la cama
vestido con la indumentaria destartalada de antiguo caballero. Por eso en su
primera salida nadie lo vio. Era de mañana, pero no muy temprano. Nos confirma
Cervantes cuando alude a la alta temperatura del mes de julio, es decir, ya el
sol comenzaba a ejercer sus estragos. Aquella comarca era de campesinos
labriegos madrugadores. Nadie lo vio a pesar de los agricultores que se
disponían a las labores bucólicas, y a pesar de la extravagancia de su atuendo.
La puerta falsa del corral es la entrada al sueño, al mundo de la fantasía. La
salida al campo es la representación de la proyección del sueño. Los vocablos
ver y vio atribuidos a sí mismo es porque en el sueño su persona se siente partícipe de los hechos.
La frase o expresión "grandísimo contento y alborozo de ver con tanta
facilidad había dado principio a su buen deseo " deja sentada la
experimentación del sueño, porque de otro modo, hubiera sido difícil montar a
su caballo quejumbroso, con la vestimenta metálica tan desacostumbrada. En el primer
sueño don Quijote no se traza un camino, sino que la visión del sueño lo lleva
a su antojo -- " y prosiguió su camino sin llevar otro que aquel que su
caballo quería ".
En ese su primer sueño, estuvo don
Quijote, atacado por la ansiedad, pues siendo en sueño y no en aspecto real, se
preocupó temerosamente de no encontrar asilo para su cansancio y aplacamiento
para su hambre. En los sueños se suele desesperar cuando la acción no ocurre
con la premura que uno exige.
Está claro que no había edificación
alguna por el contorno, cuando aparece la imagen encendida de la venta. En la
sutileza del sueño la venta se representa en un punto de lumbre que recuerda la
estrella aparecida a los magos en el desierto, porque sirve la luz de la venta,
de guía al perdido.
Por otro lado, sabemos que don Quijote
era oriundo del " conocido campo de Montiel " por donde se describe
que comenzó su partida. Así que siendo realidad su salida, y estando en predios
tan cercanos a su residencia y por tanto conocidos por él, era innecesaria su
preocupación por no encontrar albergue.
Pero fijémonos en cómo ocurre su
experiencia en la venta. La arbitrariedad y la versatilidad son elementos
constitutivos de los sueños. En ellos las cosas pueden exhibir unas geometría
cambiantes en su mismo momento. La venta que es el hilo umbilical con el mundo
previamente conocido del ámbito de realidad, se distorsiona transformada con
todas propiedades, inherente en castillo, las prostitutas en gentiles mujeres
pundorosas, etc. Es claramente el efecto de un sueño.
José Ortega y Gasset dice que soñar es
otra forma de continuar la vida : " Mientras duerme sigue viviendo, el
hombre, en esa extrañísima misteriosa forma de vida que es soñar ". ( 2 ).
En el cap. IV don Quijote resulta molido
a palos después de una aparatosa caída de Rocinante. No por efecto de una
declinación en el camino, sino en nuestra teoría, como consecuencia de una
caída de su cama mientras dormía y soñaba. La naturaleza de la paliza-- según
soñaba-- fue tan violenta y ceñuda, que siendo real en la narración, forzaría
al escritor a tomar la salvedad técnica de unos resultados comparables,
cónsonos los efectos con la causa. Dice allí que el enjuto hidalgo recibió
" la respuesta en las costillas ". Según la narración, se le atacó en
primeros golpes con un pedazo de lanza y
" lo molió como cibera ".
Además : ... " acudiendo por los demás trozos de la lanza, los acabó de
deshacer sobre el miserable caído " De modo que los efectos de esta paliza
tendrían que ser : costillas quebradas, abrasiones diversas, hematomas
múltiples, posiblemente fracturas en algunas de las extremidades y otras
laceraciones.
Sin embargo, allí se señala, que
"Levándole luego a la cama y catándole las feridas, no le hallaron ninguna". ( 4 ) Cuando don
Quijote declara que su molimiento es producto de haber peleado con diez
jayanes, el cura expresa en forma de interrogación e interpretando con atino
para sus adentros -- " ¿ Jayanes hay en la danza ?" En otras
palabras,
¿ Hombres tan elevados y fuertes en las
sacudidas del sueño en la cama ? Recordemos que además de baile y de cierta
música, danza quiere significar riña, enredo, es decir, jaleo, sacudidas. Don
Quijote cayóse de la cama mientras soñaba. Las camas, para esa época, siglo 17,
eran altas, bastante elevadas del piso. ( 5 ) Don Quijote cayó con el estruendo
de su ropa de armería, quedó en posición incómoda sobre la lanza bajo sus
costillas y adolorido por la fuerza del cuerpo en precipitación. No despertó
hasta la madrugada y así le encontraron, adolorido su cuerpo por la
consecuencia de la caída.
José Ortega y Gasset en Meditaciones del
Quijote, tópico El héroe, pág. 186, señala :
" Serán las aventuras vahos de un
cerebro en fermentación, pero la voluntad de las aventuras es real y
verdadera". O sea, que el proceso y desarrollo del argumento, está siendo
soñado, pero la iniciativa y el deseo para acometer las aventuras ya se habían
incubado en su voluntad en el ámbito cotidiano.
Sancho y don Quijote son uno mismo
La aparición de Sancho
" Quedóse otra vez dormido "
" De allí a dos días se levantó don Quijote " Estuvo quince días en
casa muy sosegado " Interpretamos la observación -- " se
levantó--" como significando comenzó a soñar. En este su segundo sueño se
percata de la desaparición de la biblioteca que ha sido justificada por la
visita de un encantador : Frestón. Durante esos quince días la composición del
sueño es sucesiva. en esa visión soñada aparece Sancho, que en realidad, no es
otro elemento que sus momentos de lucidez. (6) *
Sancho es la complementación de la figura
del caballero andante, que la integra
desde su montura hasta el armazón metálico.
Son dos filosofía o pensamientos
que se abrazan en la expresión de sus fueros y coexisten para justificarse.
“ Quiero decir—dijo don Quijote—que
cuando la cabeza duele, todos los miembros duelen; y así, siendo yo tu amo y
señor soy tu cabeza y tu mi parte, pues eres mi criado; y por esta razón, el
mal que a mí me toca o tocare, a ti te ha de doler, y a mí el tuyo “.
Vuelve Cervantes a tratar el tema del
desdoblamiento de la conciencia , Sancho y don Quijote viviendo o dependiendo
de la misma ánima : “ Porque en apartándome de vuestra merced, luego es conmigo
el miedo, que me asalta con mil géneros de sobresaltos y visiones y sírvale
esto que digo de aviso, para que de aquí adelante no me aparte un dedo de su
presencia.
n Así será – dijo el de la Triste Figura – y yo estoy muy contento
de que te quieras valer de mi ánimo el cual no te ha de faltar, aunque te falte
el ánima del cuerpo “.
En esa misma página se enfrentan la
conciencia ética de don Quijote y el pensamiento práctico de Sancho en una
misma ánima. Se habían encontrado una maleta que contenía más de cien escudos
de oro. Don Quijote proponía buscar al dueño de los haberes como exige la moral
y la ley. Sancho porfiaba para quedárselos. Era el razonamiento de la honradez
y la sagacidad del mundo práctico pugnando dentro de una misma conciencia y
espíritu. ( cap., XXIII – 1ª. Parte ).
A través de la expresión lingüística de
Sancho se asoma el espíritu y personalidad de don Quijote. Sancho se presenta como
un campesino analfabeta. No tiene libros en su casa, ni se conoce ningún
acercamiento a gestión autodidacta. ( “ porque ni sé leer ni escribir, ¿ Letras
¿ aún no sé el A. B. C. , cap.,
X L II, 2da., parte ). Mas sin embargo, con frecuencia asume vocablos
selectos y cultos para referir hechos :
1.
despotricar ( cap., XXV ).
2.
Colérico ( cap., XXV ).
3.
Evidentemente ( cap., XLIX ).
4.
Incitar (cap., LII ).
5.
Bóbili—bóbilis ( latín en
labios de Sancho, cap., LXXI ).
6.
Embestir ( cap., LXVIII ).
7.
Bodegón ( cap., LXXI ).
8.
Condumio ( cap., LIX )
9.
Inquirir ( cap., LXVII ).
10. Aprisco—redil ( cap., LXVII ).
11. Sancho bien articulado . Se le ve en la universidad de Salamanca,
( cap., LXVI, 2da. Parte ).
12. En referencia a los refranes calificado como paremiólogo. ( cap.,
LXVII ).
13. Aneja ( cap., II, 2da., parte ).
Se nos presenta Sancho como un labrador
vecino de don Quijote. ¿ Qué características, entre otras, acompañan a un
labrador ¿ Es un hombre entregado a las labores de la tierra y su familia. No
importa cuan reducidos sean sus conocimientos académicos – sabemos que por la
condición de pobre campesino del siglo XVII el desposeimiento instructivo era absoluto – ( “ Porque ni sé leer ni
escrebir… ), entonces la tierra daba a su carácter sobriedad, mesura, cierto
pragmatismo a fuerza de fracaso y logros en que se debate la vida de este
hombre. Sancho era casado y tenía hijos. En cierto modo, esta condición arroja
sobre él buen juicio y cierta rectitud.
Sancho era vecino de don Quijote; es muy
evidente que le conociera. Al ver Sancho al hidalgo vestido de la asombrosa
manera de caballero andante haciéndole tan desatinadas e inusitadas
proposiciones, no importa que Sancho tuviera “ poca sal en la mollera y fuera
un badulaque ( cap., LXIII ), forzosamente vería en todo aquello algo
sospechoso, rallante en locura o al menos, una peregrina broma. Es también
colegible que esposa e hijos son poderes tan arraigados como para desecharlos
por ilusionismo y desparpajos. Por estas razones sociológicamente científicas
estamos convencidos de que Sancho es un elemento soñado y que simboliza, entre
otros símbolos, sus momentos de lucidez. ( 7 ).
Ciertas características técnicas de la
obra
“ Una noche se salieron del lugar sin que
personas los viese “. Así nos señala Cervantes que se realizó su segunda
salida. No había luces o alumbrados en campo abierto. Para caminar toda la
noche hasta hora del amanecer, entre las tinieblas impenetrables del Montiel
del siglo XVII, a paso de asno y caballo, sería irrealizable el trayecto siendo
poco, mucho más difícil una caminata tan lejos que los dejara “ seguro de que
no los encontrarían aunque los buscasen “. Nadie los vio porque don Quijote
soñaba su segunda salida acostado en su cama.
Tenemos que indicar algunos puntos : existen
unos ingredientes que pertenecen a la conformación de la obra para investirlo
de cierta verosimilitud buscando con ello, la convicción del lector en la aceptación de los hechos.
Por eso Sancho es montado en un asno para lograr un efecto hilarante,
congruente con su figura en cierto modo picaresca, plebeya y humilde. Así también, el recurso de los que
topan con don Quijote de seguirle la postura mental, para manipularlo,
conducirlo o convencerlo. Este fingimiento justifica la continuación concatenada
de los demás episodios.
Naturalmente los personajes que maneja
Cervantes, en antítesis a los que presenta don Quijote en sus sueños, son parte
importantísima de los recursos y técnicas del procedimiento para mantener
subyacente la actividad onírica del hidalgo. Todas estas opciones integran los
tratamientos de modernidad que están implícitos en la obra. Decimos que
esta novela, en tiempo tan temprano como el siglo XVII, desarrolla recursos que
se mantienen en boga hoy día : recordemos Bestiario, de Cortázar, donde un
personaje vomita, en circunstancias especiales, conejos. Detrás de esta
inaudita afirmación, se esconde una conducta inteligible y verosímil. En el
libro de cuentos titulado Octaedro, también de Julio Cortázar, hay una nota de
Editorial Sudamericana sobre la realidad : “ La realidad no se limita al
inventario de los hechos que el vivir cotidiano juzga posibles ni a las
tajantes dicotomías ( bien—mal, verdad—mentira, bondad – crueldad ), según los
cuales nos empeñamos en conducirnos. ( Lo otro ) una dimensión nueva que se
instala en nosotros poderosamente persuasiva, La realidad es el enigma que nos
negamos a admitir; pero que hemos sido siempre “.
Dulcinea del Toboso de la Mancha
El proyecto don Quijote se sostiene sobre
nueve puntos. El protagonista, el escudero, Dulcinea ( la amada ), Rocinante,
el plano geográfico, el hogar, Sancho, las armaduras y las aventuras. En la
narrativa ha querido Cervantes conformar unos elementos reales con otros
imaginados. Así tangibles son la geografía, el hogar, el armazón metálico, el
caballo. Pero de los nueve puntos básicos de la obra, sólo cuatro son concretos
: Rocinante, el hogar, la topografía y las armaduras, los restantes son soñados
en la dimensión subyacente de la narración que es el contar de un sueño.
Dulcinea, la tierna y sublime señora, es
un móvil del sueño que se apodera, como señuelo, del corazón y la mente del
hidalgo para halarlo por las extrañas andanzas. Aparece en los sueños como una
presencia lejana, incorpórea, es más bien una idea de apoyo complementaria que
es reiteradamente encontrada en sus lecturas, luego representada en sus sueños.
El mayor acicate de don Quijote, es el
amor que le profesa a Dulcinea; pero un poco en sus adentros él sabe que no ha
sido consentido expresamente para representar por el mundo el corazón de
aquella mujer.
Por esta preocupación sigilosa es que
sueña el episodio de Marcela, la hermosa y desdeñosa. Es Marcela la que expone
que ser querido no fuerza a corresponder. Pues viene latente, hiriendo en el
fondo esta preocupación de don Quijote : ¿ me ama Dulcinea, es capaz de amar al
hombre que vive porque ella vive ¿
No lleva don Quijote, minúscula porción
de guedeja, ni guarda pañuelo perfumado ni siquiera una manzana por ella
mordida. ( De ahí la disquisición de Marcela y de ahí la Canción desesperada de
Crisóstomo. En el subconsciente don Quijote ve en el estudiante pastor, su
propio albur, si Dulcinea declinara su profundo amor e idolatría.
En sueños va don Quijote y Cervantes se
encarga de asomar alguna seña para que tropecemos en ella : Maritornes dice : “
A mí me ha acontecido muchas veces soñar
que caía de una torre abajo, y que nunca acababa de llegar al suelo, y cuando
despertaba del sueño hallarme tan molida y quebrantada como si verdaderamente
hubiese caído “.
“ Asentósele de tal modo en la
imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones
“. ( cap., I ).
Del Quijote se han descubierto muchos
acertijos a lo largo de extensas lecturas. Se ha revelado por ejemplo, que el
Quijote es un sistema de juegos estratégico y complicado. Ese propósito lúdico
se estudia en la obra de Gonzalo Torrente Ballester, ( El Quijote como juego )
, donde se apunta : “ Es un juego, pero nada claro. Si lo fuera, si la trampa
estuviese al descubierto no tendría gracia y la novela se caería de las manos…
el Quijote se cuenta – jugando -- , el juego es un modo propio de estar contado
“. “ La correlación , pues, entre materia narrable y técnica narrativa es
adecuada. ¿ Hay algo más lógico que el contar jugando la historia de un juego ¿
“ ( 8 )
También se ha puesto en claro que el
Quijote busca convertirse desde sus inicios, en un personaje literario. Que su
fama no quede como un celaje por los lugares donde ha pasado, ni como una
historia cuyas derivaciones se proliferan de boca en boca, sino como obra
propia de libros. Se han hecho estudios psicológicos para destacar la
locura—cuerda o la demencia con lucidez quijotesca.
Se ha juzgado el Quijote como un profundo
libro de filosofía : …” el Quijote representa para Ortega, la clave de la
realidad española … porque el Quijote es un libro profundo… lleno de
referencias y alusiones al sentido universal de la vida “. ( 9 )
Decía José Ortega y Gasset en
Meditaciones del Quijote : “ Las cosas están hechas de materia o de energía;
pero las cosas artísticas – como el personaje don
Quijote -- , son de una sustancia llamada
estilo… la realdad no se hace poética ni entra en la obra de arte, sino sólo
aquel gesto o movimiento suyo en que reabsorbe lo ideal… Es una el sentido de
las cosas, su significación, lo que son cuando se las interpreta. Es otra la
materialidad de las cosas, su positiva sustancia, lo que las constituye antes
por encima de toda interpretación “.
Toda realidad contiene un mito; esa es su
base poética : porque la realidad ofrece un signo y al ser interpretado aflora
el mito. El signo es la figura integral de don Quijote : Alonso Quijano,
vestido de caballero andante, con armadura, rodela, yelmo, espada y lanza,
cabalgando sobre Rocinante junto a Sancho Panza con su asno. Todo eso es don
Quijote de la Mancha, todo eso es el signo.
( Cervantes comete un acto de
discriminación en su obra, al dejar el asno de Sancho sin nombre ). ( En el siglo XX, Juan Ramón Jiménez enmienda
la falta adjudicándole el nombre Platero a su jumento con la mayor ternura de
sus sentimientos ).
Un signo según el semiólogo
estadounidense Charles Peirce “ es algo que está para alguien en lugar de otra
cosa bajo algún aspecto o disposición “. Toda la figura integral de don
Quijote, a la que nos hemos referido, está en lugar de todas las legendarias aventuras
que se desarrollan en la obra.
Una posible interpretación de ese signo
quijotesco, está precisamente instalado en una cuestión de estilo : se descubre
un relato soterrado, pareado o superpuesto, transcurriendo como a proyección de
imágenes sobre un espejo donde todo ocurre sobre el asentamiento de un sueño. A
veces, tan evidente y directo que la narración fluye como agua por cauce
inclinado. Referimos como ejemplo, este pasaje.
“ Y es lo bueno, que no tenía los ojos
abiertos, porque estaba durmiendo y soñando que estaba en batalla con el
gigante; que fue tan intensa la imaginación de la aventura que iba a fenecer,
que le hizo soñar que ya había llegado al reino de Micomicón, y que estaba en
la pelea con su enemigo, y había dado tantas cuchilladas en los cueros,
creyendo que las daba en el gigante que todo el aposento estaba lleno de vino
“. ( cap., XXXV ).
En el cap., XXIII, primera parte, aparece
otra señal de gran sueño que es la obra :
“ Dormía Sancho Panza, hurtóle su
jumento, y ante que amaneciese se halló bien lejos de poder ser hallado “. En
el sueño Ginés de Pasamonte, roba el asno de Sancho, pero más adelante don
Quijote, manda al escudero que se baje del asno que no tenía.
Son prolíficas las señales de que don
Quijote sueña sus aventuras. Acontece en este pasaje lo siguiente : un
personaje llamado el Primo cuestiona a don Quijote sobre el tiempo que el
hidalgo pasó en la cueva de Montesinos, dice : “ yo no sé, señor don Quijote
cómo vuesa merced, en tan poco espacio de tiempo ha que está allá abajo, haya
visto tantas cosas y hablado y respondido tanto.
--¿ Cuánto ha que bajé ¿-- preguntó don
Quijote.
-- Poco más de una hora – respondió
Sancho.
--Eso
no puede ser – replicó don Quijote, -- porque allá me anocheció, y amaneció
y tornó a anochecer y amanecer tres
veces; de modo que a mi cuenta tres días he estado en aquellas partes remotas y
escondidas a la vista vuestra “. ( cap., XXIII, ).
En el mismo capítulo el escudero advierte
a qué atribuir sus peripecias : “ Yo no creo que mi señor miente, creo –
respondió Sancho -- que aquel Merlín, o
aquellos encantadores que encantaron a toda chusma que vuesa merced dice que ha
visto y comunicado allá abajo, le encajaron en el magín o la memoria toda esa
máquina que nos ha contado, y todo aquello que por contar le queda “. Es decir,
todo el cúmulo de aventuras ha sido proyectado en la memoria como una sucesión
de imágenes a través de una máquina -- ¿ cine, televisión,
Computadora ¿ No. A través del vehículo
sueño.
Cervantes ha ingeniado la puesta de un
relato sobre el tecnicismo de una profusión de imágenes para que penetren las
edades y las generaciones cruzando los siglos hacia la eternidad social. Pero
Cervantes no sustenta la tesis de Calderón de la Barca, de que la vida es
sueño. Lo que expresa Miguel de Cervantes Saavedra es que el cerebro en estado
en que dormita, lo mismo que en vigilia, puede proyectar la trascendencia de un
desarrollo de imágenes que son captadas y retenidas por la máquina de la
memoria social para perennizarlas al paso de la sucesión de generaciones. **
Miremos con recato, el instante en que el
cerebro proyecta imágenes; o sea, sueña despierto : “ me salteó un sueño
profundísimo; y cuando menos lo pensaba, si saber cómo ni cómo no, desperté del
, y me hallé en la mitad del más bello, ameno y deleitoso prado que puede criar
la naturaleza ni imaginar la más discreta imaginación humana. Despabilé los
ojos, limpiándomelos, y vi que no dormía, sino que realmente estaba despierto.
Con todo esto, me tenté la cabeza y los pechos por certificarme si era yo mismo
el que allí estaba, o alguna fantasma vana y contrahecha; pero el tacto, el
sentimiento, los discursos concertados que entre mí hacía, me certificaron que
yo era allí entonces el que soy aquí ahora. Ofrecióseme luego a la vista un
real y suntuoso palacio o alcázar, cuyos muros y paredes parecían de
transparente y claro cristal fabricados “.
La sombra y lo marchitable son elemento
de tránsito; pero un desplazamiento que conduce a la desaparición.
El sueño para Cervantes contrario o
distinto a Calderón de la Barca, no atesora a la vida, pues este mundo contiene
la realidad de la sombra o lo que se marchita si dejar huellas. Pero el sueño
no sustituye la vida, sino que la catapulta con la proyección de las fabulosas
imágenes a la memoria de la colectividad donde encuentra destino, atención y
durabilidad. Por eso don Quijote explica : “ En efecto, ahora acabo de conocer
que todos los contentos desta vida pasan como sombra y sueño, o se marchitan
como la flor del campo “. ( cap., XXII ).
El cerebro proyecta y enfoca con lo que
empíricamente nos hemos relacionado o sea, el cerebro elabora lo que
previamente hemos conocido, ¿ Qué tal si también pudiera proyectar y reflejar
esencias cinéticas en el campo de lo intuitivo que hemos desconocido
totalmente? Es precisamente lo que plantea Cervantes con don Quijote en la
escena soñada de la cueva de Montesinos.
En poco más de una hora ha concentrado la
experiencia de tres días. En lo que a través de un sueño logra ver a Dulcinea
que va saltando por un hermoso campo con dos acompañantes. Nunca ha visto a
Dulcinea ni a las otras damas, pero el cerebro le proyecta esas figuras y sus
rostros, tanto como a Durandarte y su amante Belerma. Así también pudiera el
cerebro manifestar objetos que no existen y figuras que el campo empírico no
registra en la mente de ese individuo o sea, lo que en filosofía se conoce como
intuiciones analíticas y no sntéticas. Es decir lo trascendental subjetivo.
Kant ha dicho: “ La forma de la intuición
– actus animi – actividad del espíritu es afectado por su propia actividad “. (
10 )
La tesis de Cervantes es que la actividad
onírica del cerebro, contrario a lo que decía Aristóteles de que “ no hay nada
en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos “, puede desarrollar
imágenes sucesivas y simultáneas en el espacio y tiempo, sacadas puramente de
la intuición sin que medie una actividad empírica.
“ No existe nada más veloz que el
pensamiento. Este ejercicio mental es el vehículo del espíritu. A través del
pensamiento el espíritu establece su
plan de vuelo “. ( 11 )
Fichas bibliográficas :
( 1) ( cap., 1, 2da. P. )
“ antes imagino que es ficción, fábula y
mentira, sueños contados por hombres despiertos, o por mejor decir medio
dormidos “.
( 2 )
( Torrente Ballester, Gonzalo, El Quijote como juego, p., 117 ) :
“ La psicología de un personaje no tiene
por qué ser real; basta que sea convincente, y esta capacidad de convicción no
se obtiene copiando o imitando lo real, sino poniendo en juego medios
estrictamente literarios que cobran su sentido en el contexto total de la
novela y el personaje “.
( 3 ) ( Vargas Llosa, Mario, “ La verdad
de las mentiras “ ).
“ Toda obra de ficción es un amasijo de
contenido imaginativos cuya realidad textual existe sólo por virtud de un
artilugio intelectual creado por su autor “.
( 4 ) ( Torrente Ballester, Gonzalo, El
Quijote como juego, p., 94 ).
“ No hay hombre de 50 años, por grande
que sea su robustez, que resista sin quebranto decisivo las palizas que don
Quijote recibe, sólo comparables a las de un cristobita de retablo “.
( 5 ) ( atalaya, cap., XLVIII, Se refiere
a una cama muy alta ).
( 6 ) ( Ibid ). “ Y por primero que digo es , que yo tengo a mi señor don quijote por
loco rematado, puesto que algunas veces dice cosas, que a parecer, y aún de
todos aquellos que le escuchan, son tan discretas y por tan buen carril
encaminadas, que el mesmo Satanás no las podría decir mejores. Pero con todo
esto, verdaderamente y sin escrúpulo, a mí se me ha asentado que es un
mentecato. Pues como yo tengo esto en el magín, me atrevo a hacerle creer lo
que no lleva pies ni cabeza, como fue aquello de la respuesta de la carta, y lo
de habrá seis u ocho días, que aún no está en historia, conviene a saber : lo
del encanto de mi señora doña Dulcinea, que le he dado a entender que está
encantada, no siendo más verdad que por los cerros de Úbeda “.
n De lo que el buen Sancho me ha contado, me anda brincando un
escrúpulo en el alma, y un cierto susurro llega a mis oídos, que me dice : “
pues don Quijote de la Mancha es loco , menguado y mentecato, y Sancho Panza,
su escudero lo conoce, y con todo eso le sirve y le sigue, y va atenido a las
vanas promesas suyas, sin duda alguna debe ser él más loco y tonto que su amo.
· -- “ Dios lo haga – respondió don Quijote -- , y los cielos te den
gracia para que caigas en la cuenta y en la obligación que te corre de ayudar a
mi señora, que lo es tuya pues tú eres mío “.
( 7 ) ( cap., XXXIII, 2da., P. Y cap.,
LXVII ).
“ Bien se estaba vuesa merced acá arriba
con su entero juicio, tal cual Dios se le había dado, hablando sentencias y
dando consejos a cada paso, y no ahora contando los mayores disparates que
pueden imaginarse “.
“-- Como te conozco, Sancho – respondió
don Quijote --, no hago caso de tus palabras “.
( 8 ) ( Torrente Ballester, Gonzalo, El
Quijote como juego, P., 82 – 83, Ed., Guadarrama, Punto Omega, 1975 ).
( 9 ) ( Ortega y Gasset, José, Meditaciones
del Quijote, prólogo, Julián Marías ).
· * ( Eugenio Hopgood Dávila, “ Vive el taíno “, El Nuevo Día, pag., 10 jueves 20 de marzo,
2008 ).
“ Cerré los ojos para descansar cuando
entonces me presentan esa finca gigantesca sembrada artísticamente y veía como
unas matas de plátanos, pero con flores, palmas y yagrumos; entonces había unos
caminos serpenteados y por ahí corrían los taínos, tenían moñitos, un jacho de
tabonuco prendido en fuego y era de noche y yo los observaba de arriba… “
( 10 ) ( López Fernández, Álvaro,
Conciencia y juicio en Kant, p., 154 ).
( 11 ) ( Mercado Galartza, Carlos M., La
hierba y la flor ).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario