El absurdo fue un movimiento literario y pictórico que estuvo en boga en el siglo
XX. Dicen que incursionó hasta el diseño de la moda de indumentaria internacional.
Este tecnicismo fue usado por el escritor francés Albert Camus, en su obra El malentendido y Le Mythe de Sisyphe. Nuestro René Marqués, también lo trató en el drama La casa sin reloj.
Pero en Lares se quedó en perennidad en la construcción de las carreteras. Cuando aparece un deterioro en la superficie de la vía, comúnmente llamado hoyo, se tapa vertiendo sobre la depresión, una plasta de brea, sin suavizar, que se eleva en relieve y cuyo efecto es el brincoteo escándaloso de los carros. Cuando en las noches pasa algún camión con su volumen y tara, sus saltos se transforman en estallidos que interrumpen el sueño de los ciudadanos. Es verdad que esto beneficia a los auto-part, pero también reduce el restringido presupuesto de la gente.
Carreteras delincuentes :
Absurdas también son las calles que ostentan los llamados Solo. Estos carriles para cortar a la izquierda, en Lares no poseen el espacio requerido para su función, que es virar en forma de U para tornar en dirección contraria a la que se conduce. En ese momento, el conductor se ve obligado a obstaculizar el tránsito en lo que completa su operación requerida. En este desempeño, a menudo, se suscitan accidentes.
De modo, que al desplazarse por las calles de Lares; se transita por carreteras delincuentes.
Es posible que la Via-appia, primera carretera del mundo, construida por los romanos y, cuyo nombre significa calle empedrada, fue posiblemente edificada con mejor propósito que las de Lares.
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