En Canto general, de Pablo Neruda, que recientemente se reeditara en Venezuela por cientos de miles de ejemplares, figura entre tantas joyas, un sentimental y lírico poema dedicado a Cuba. Se titula : Martí 1890. Ubicado en la IV parte, Los libertadores. Es el poema 34 de esa sección.
Lo transcribiremos alternando las estrofas con los comentarios. No para traducirlo a lenguaje de fácil entendimiento, porque no queremos desmantelar la sortija de su piedra preciosa. simplemente buscamos diseminar su perfume.
Martí
( 1890 ) Cuba,flor espumosa, efervescente
azucena escarlata, jazminero,
cuesta encontrar bajo la red florida
tu sombrío carbón martirizado,
la antigua arruga que dejó la muerte,
la cicatriz cubierta por la espuma.
( Cuba isla de floresta tropical.
Tu débil mina saqueada
con el fervor del que busca oro,
arrasaron la tierra
y llegó por agua marina, el desasosiego ).
Pero dentro de ti como una clara
geometría de nieve germinada,
donde se abren tus últimas cortezas,
yace Martí como una almendra pura.
( Martí es la idea,
el alimento del espíritu,
es la castidad en ofrecimiento ).
Está en el fondo circular del aire,
está en el centro azul del territorio,
y reluce como una gota de agua
su dormida pureza de semilla.
( Martí es un torbellino
que gira su pasión de libertad
en las entrañas de la patria ).
Es de cristal la noche que lo cubre.
Llanto y dolor, de pronto, crueles gotas
atraviesan la tierra hasta el recinto
de la infinita claridad dormida.
( La noche de Cuba puede quebrarse
para que entre el día
renovador de jarcias
y bueyes y arados ).
El pueblo a veces baja sus raíces
a través de la noche hasta tocar
el agua quieta en su escondido manto.
A veces cruza el rencor iracundo
pisoteando sembradas superficies
y un muerto cae en la copa del pueblo.
( El pueblo buscará
su idea y su sentimiento
aunque entregue en sacrificio,
la vida y semilla en surco cruento ).
A veces vuelve el látigo enterrado
a silbar en el aire de la cúpula
y una gota de sangre como un pétalo
cae a la tierra y desciende al silencio.
Todo llega al fulgor inmaculado.
( El hombre vuelve en su palabra viva,
en su ideario poético
y aflora la enseña de luz ).
Los temblores minúsculos golpean
las puertas de cristal del escondido.
Toda lágrima toca su corriente.
Todo fuego estremece su estructura.
Y así de la yacente fortaleza,
del escondido germen caudaloso
salen los combatientes de la isla.
Vienen de un manantial determinado.
Nacen de una vertiente cristalina.
( Los tambores del corazón
sacuden sus conciencias
y los mueven a la lucha.
Martí la semilla, enaltece sus fuerzas
y valentía y alcanzan su estrella ).
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