¿ Quién eclipsa nuestros días ?
¿ Quién trae noches tan prontas ?
Y las sombras en la leche,
y los hongos en el pan.
Ay, bendito que nos dan
campanazos con tilán.
La luna quiso tapar el sol ;
la luna tan pequeña
tapó también, el cielo
con la sombra de su cuerpo.
Pon tu mano en el suelo,
para que sientas su corazón.
Ay, qué palpitar, ay, qué palpitar,
el de la multitud.
Si siquiera tú,
vecino de la tierra prometida,
te acordaras de las angustias
del pasado,
no azotarías a Gaza
con espoletas de fuego
sobre las cabezas
de los niños palestinos.
Sosiega tu poderío,
tus ansias de morder tierras.
tus odios y temores
para que desvanezcan
los horrores.
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