Las hojas del camino se asomaron.
Cuando niña casi, venías del campo.
Tu palpitar, tus sueños, escucharon.
Entre secas hojas estalló un lampo.
Pensabas que el mundo te traería vida.
Y tramontaste cielos, ríos y prados.
Una aventura de amor dejó herida.
A la esperanza y el dolor abrazados.
El hosco esfuerzo no le impidió amar.
Pocas negras lágrimas le brotaron.
En lluvias solía su luz coruscar.
La gente de bondades la colmaron.
Aquellas tristes hojas del camino,
atesoran su impronta y su destino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario