Hostos nos informa que el Sistema de Educación pretende transformar al individuo. Pero esa transformación exige, por lo menos cuatro elementos caracterizadores : a) el amor a la búsqueda de la verdad, b) el amor a la justicia, c) la noción del derecho, ch) el abrazo al deber. Poque estos cuatro elementos constituyen una basa, un fundamento que a su vez ampara otros ingredientes : la libertad y el deber, para conformar la mecánica de la transformación del hombre. Pero que esta innovación es a su vez, el inicio de evolución en la que el hombre llega a comprender, que en función de su desempeño, exhibe un alto compromiso con su patria como ciudadano, como individuo y una contribución e identificación con los valores universales como producto de la humanidad. En el fondo de este pensamiento bulle otra idea al que Hostos le dedicó un sistema y una
metodología : El hombre integral.
En fin vendría el hombre, en el proceso educativo, a ser un espíritu cultivado. Por la hondura de su cultura repelería el atractivo de la Civilización del espectáculo. Mario Vargas Llosa, en su último libro, ( La civilización del espectáculo ) desarrolla una contundente crítica en la que dice que la gente prefiere un mundo de diversión y condiciones light a tomarse tiempo y esfuerzo en lecturas serias. Dice que definitivamente la gente le ha dado la espalda a la cultura y se cultivan a base del chisme programado y la diversión frívola.
Sobre la plaga que por darle indiferencia a la cultura azota al mundo, expresa Vargas Llosa : " El consumo masivo de marihuana, cocaína, éxtasis, crack, heroína, etcétera, responde a un entorno cultural que empuja a hombres y mujeres a la busca de placeres fáciles y rápidos, que los inmunicen contra la preocupación y la responsabilidad, en lugar del encuentro consigo mismos a través de la reflexión y la introspección, actividades eminentemente intelectuales que a la cultura veleidosa y lúdica le resultan aburridas. "
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