Eran pelícanos y gaviotas
bañándose en las aguas marinas.
Les agobiaba el fuego del verano..
Tú, deslumbrada por el juego de las aves,
pensaste en la paz y la violencia.
El vuelo nítido, terso, ingrávido,
suelto y técnicamente trazado,
donde los pájaros pescadores
tragaban el aire
y hurgaban el mar.
En tus ojos se encendían luces
de contraste-- la agresión y la ternura.
Tu inquietud, hurgón que atizaba
la idea de lo inconmensurable
sobre olas y pájaros.
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