Cómo me bebiera el mar
y, en los sorbos aletearan peces.
Las piedras de la profundidad,
como metálicas monedas
borboritaran su estruendo
mineral, al paso por mi garganta.
Sería túnel marino.
Por mi interior viajaran las olas
y las marejadas veloces,
limpiaran mis paredes.
Las voces de los marinos
serían mi vozarrón.
Las lumbres de los faros neblinosos
se asomarían por mis ojos.
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