Volaba con gracia la gaviota.
El cielo y el sol.
en ella reflejados.
Una niñita y un niño
con sus manitas sobre la frente,
bloqueaban el deslumbre
de la resolana.
En la sima del promontorio,
el ala del mar
echaba al aire,
sus blancas plumas.
El movimiento de olas
y ondas
sosegaban el tedio
de la tarde.
Mirando a los niños
añoramos, con ojos húmedos
el pasado.
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