" Viejo soplo de mar
que gruñes como una barcarola". ( Rilke ).
Cae la lluvia
repiqueteando sobre el mar.
Es agua sobre aguas,
un espectáculo de cristal.
Entonces el mar cierra sus grandes puertas
hacia el infinito.
Esparce una visión obnubilante
que recuerda a Dante entre brumas,
navegando por oscuras
aguas letales.
Pero al concluir
el cielo sus efluvios,
una apertura de claridades,
de ondulante verde mar,
de aves marinas,
como hojas celestes
y de barcas zarandeadas
en algún punto de mi alma,
ancladas.
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