lunes, 27 de febrero de 2012

Sueñas

Tu vaporoso sueño
sale susurrando
como escape del alma,
sobre las guedejas de la bruma.
La niebla atada al mar
como mandil de mucama,
es un cielo soluble,
con sutiles gases nácar
donde tu te suspendes
florecida de azules gotas.

Jadeos del mar

Unas cestas gigantescas
a los extremos de la playa
instaladas,
voltean semillas a través
de las horas nocturnas.
Tendidos en el pulcro lecho,
con cada aliento del mar,
escuchamos el estruendo
de las semillas en el vuelco,
como los batanes de don Quijote.
El viento de todos los velámenes
entra seductor a la alcoba
y, enarbola tus breves lienzos
con la lujuria de su acezo.

Amores de pelícanos

Los pelícanos son aves tiernas:
se atisba su delicadeza
como se descubre el pálpito
de los senos de una mujer.
Son una mole sobre la llanura
 de un espacio celeste.
Cuando aletearon frente a tus ojos,
salpicándote con granizos de sal,
llevaron tu sobresalto al mar,
te imprimieron un romance de capitán.

Llega un bote al mar

Lo llevaban sobre el metálico arrastre
al que acercaban hasta que las ruedas
se sumergían en las azules aguas.
el bote tocaba el mar con la quilla.
Unos hombres lo empujaban
como a una terca res.
Mirabas, atenta, la embarcación :
se me figuró un hecho de antiguedad,
César el indómito jovenzuelo romano,
conducido como reén
de corsarios del mediterráneo.
E insólito, amenazaba con la horca
a los atrevidos piratas.
Una espada de luz
destelló solitaria en algún fierro,
los dos coincidimos en rescatarla.
Éramos luces de la misma hueste.

domingo, 26 de febrero de 2012

Estrellas, sombras y peces

      " El universo de esta noche tiene la vastedad del olvido y la precisión de la fiebre ".
                                     (J. L. Borge)

En la noche ardían los fósforos
encendidos sobre las frescas cadencias marinas.
El rumor de los peces rasgando
las aguas. El viento del mar
apagaba las lumbres.
Un tótem de cráneo desnudo
ataba a su cuello
la pita de un bote en reposo.
Lanzaste los zarcillos al mar :
uno a uno, para asustar ondinas
que auxiliaban los remos
sigilosos del pescador en las sombras.
Entre tanto pensabas,
que un hombre cruza abismos
y viene del mundo.

Reflexión del poemario sobre el mar

El elemento poético es el valor más eterno que registra la literatura. Las ideas pueden mover a la segregación, pueden causar gesto de incredulidad y, pueden estimular el rencor, aunque pueden, también, exhibir manifestaciones de adhesión. Pero el soplo poético, une y abraza a todos dentro de un aire grato, dentro de una atmósfera vital. Eterniza la creación. Muchas ideas que virtuosos intelectos expresaron en la palabra escrita, el tiempo estampó en ellas su pátina y hoy lucen decrépitas frente a otras de renovadas perspectivas. Pero por ejemplo, el hálito poético de la Ilíada creada diez siglos antes de Cristo, sigue emocionando y apresando a los espíritus en el mismo redil, con la concurrencia de la satisfacción del estro.

Playa de Aguadilla

Las aguas verdes
quemadas de sol,
los escasos árboles
que veías, con ojos alegres.
El tapiz de arena,
corcho del océano.
Como la sombra de un pájaro,
estuvo allí la convergencia nuestra
y el goce tropical.