Mi querida familia :
A pesar de toda la ocasión de dolor, pido a Dios y la Virgen, que estén bien.
Al pensar y mirar sobre aquellos años tan lejanos, reflexiono que yo conocí a mi primo Mando, primero que tú, Juanita. Sin embargo, eres tú quien más lo quiso y lo amarás siempre.
El amor que los hijos sienten por los padres, es un amor dado por la naturaleza; es genético, podríamos calificarlo como un profundo sentimiento amoroso cuyas raíces son biológicas y psíquicas y además sociológicas. Nace de las carantoñas, mimos, desvelos, protección, acciones lúdicas y otros factores sociales en el desarrollo de los niños. Es una sagrada y preciosa vida de amor entre hijos y progenitores.
Pero el amor que surge de una pareja, se va forjando por etapas. Responde a unos afectos de sensaciones, impresiones, sensibilidad, sentimientos afines en las ideas y comprensión, además de otros factores como el compartir momentos felices, instantes de diversión y vivencia humorística.
Al final se funden todos los ingredientes y surge con gran fuerza, el amor integrado.
El filósofo español, José Ortega y Gasset, señalaba en su libro Estudios sobre el amor :
" Hay muchos amores donde existe de todo
menos auténtico amor. Hay deseo, curiosidad,
obstinación, manía, sincera ficción sentimental;
pero no esa cálida afirmación del otro ser,
cualquiera que sea su actitud para con nosotros.
En cambio, amar algo no es simplemente ( estar ),
sino actuar hacia lo amado, el amor es de suyo,
constitutivamente, un acto transitivo en que nos
afanamos hacia lo que amamos.
Antes de la mujer ir en ese tránsito en que se afana
hacia el que ama, está el momento en que incurre
en una preferencia entre los seres que conoce en el
círculo social en que se desenvuelve su vida.
En la sociedad se hallan frente a frente muchas mujeres
y muchos hombres. En estado de indiferencia, la atención
de cada hombre-- como de cada mujer-- se desplaza de
uno en otro sobre los representantes del sexo contrario.
Razones de simpatía antigua, de mayor proximidad, etc.,
harán que esa atención de la mujer se detenga un poco más
sobre este varón que sobre el otro; pero la desproporción
entre el atender a uno y desatender a los demás no es
grande. Por decirlo así -- y salva esas pequeñas diferencias --
todos los hombres que la mujer conoce están a igual distancia
atencional de ella, en esa fila recta. Pero un día este reparto
igualitario de la atención cesa. La atención de la mujer
propende a detenerse por sí misma en uno de esos hombres
y pronto le supone un esfuerzo desprender de él su
pensamiento, movilizar hacia otros u otras cosas la
preocupación. La fila rectilínea se ha roto; uno de los varones
queda destacado, a menor distancia atencional de
aquella mujer ".
Dice la voz común, que las manos de la vida son las experiencias de cada día. Lo
empírico lleva el estímulo de la evolución. En esta nueva etapa de tu vida, Juanita, la adversidad te insta a experimentar la viudez Ahora tu apasionado amor por Mando, cae dentro de la dimensión espiritual. Tú lo vas a tener cerca de tí, pero en tu pensamiento. Él estará en el mundo escatológico, pero para tí comenzará a vivir en la rememoración.
¿ Qué fuerza será tan poderosa, que creará su existencia en la evocación ? Pues el amor que supiste construir para él y que es tu propia vida.
Aquellos objetos y artículos que antes tú mirabas sin detenerte en ellos y, que tu vista resbalaba insustancialmente sobre ellos, ahora tu emotividad los ungirá con tus ojos y hasta te harán caer en ensoñación. Porque esas cosas tangentes tienen la intangencia de tu amado ausente, llevan sus rasgos y esencialidad.
Tu amor estará lleno de su presencia, tu corazón rebosará ahíto de su amor.
Mensaje de Mando
Juana, yo camino ahora
por un sueño eterno.
Mi consuelo es tu imagen.
No quiero que me acompañes;
porque mis hijas te necesitan.
Que sea cuando Dios disponga.
Aunque tú no te des cuenta,
la fuerza y devoción
de mi alma, te acompaña.
Te juro amor eterno.
Mando.
Que Dios los bendiga, tu familia,
Carlos Mercado ©alartza
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martes, 29 de diciembre de 2015
domingo, 7 de julio de 2013
Carta surrealista y humorista
Esta carta la envía el abogado y escritor, Macedonio Fernández a Jorge Luis Borges su amigo, ambos argentinos. La transcribo aquí, por su virtuosidad y para se note su estilo con trazos inconfundibles de Salvador Dalí. ( Marco- Ricardo Barnatán, Borges Biografía Total ).
Querido Jorge :
Iré esta tarde y me quedaré a comer si no hay inconveniente y estamos con gana de trabajar. ( Advertirás que las ganas de comer ya las tengo y sólo falta asegurarme las otras ).
Tienes que disculparme el no haber ido anoche.
Soy tan distraído que iba para allá y en el camino me acuerdo que me había quedado en casa. Estas distracciones frecuentes son una verguenza y hasta me olvido de avergonzarme.
Estoy preocupado por la carta que ayer concluí y estampillé para vos; como te encontré ante de echarla al buzón tuve el aturdimiento de romperle el sobre y ponértela en el bolsillo : otra carta que por falta de dirección se habrá extraviado. Muchas de mis cartas no llegan, porque omito el sobre o las señas o el texto. Esto me trae tan fastidiado que te rogaría que vinieras a leer esta en casa.
Su objeto es para explicarte que si anoche tú y Pérez Ruiz en busca de Bartolomé Galíndez no dieron con la calle Coronda, debe ser, creo, porque la han puesto presa para concluir con los asaltos que en ella se distribuían de contiguo, A un español le robaron hasta la zeta, que tanto la necesitan para pronunciar la ese y aun para toser. Además, los asaltantes que prefieren esa calle por comodidad, quejáronse de que se la mantenían tan oscura que escaseaba la luz hasta para el trabajo de ellos y se veían forzados a asaltar de día cuando debían descansar y dormir.
De modo que la calle Coronda antes era ésa y frecuentaba ese paraje. Pero ahora es otra; creo que atiende al público de 10 a 4, seis horas. Lo más del tiempo lo pasa cruzada de veredas en algunas de sus casas : quizá anoche estaba metida en la de Galíndez : ese día le tocó a Galíndez vivir en la calle.
Es por turnos y este es el turno de que yo me calle.
Macedonio.
Querido Jorge :
Iré esta tarde y me quedaré a comer si no hay inconveniente y estamos con gana de trabajar. ( Advertirás que las ganas de comer ya las tengo y sólo falta asegurarme las otras ).
Tienes que disculparme el no haber ido anoche.
Soy tan distraído que iba para allá y en el camino me acuerdo que me había quedado en casa. Estas distracciones frecuentes son una verguenza y hasta me olvido de avergonzarme.
Estoy preocupado por la carta que ayer concluí y estampillé para vos; como te encontré ante de echarla al buzón tuve el aturdimiento de romperle el sobre y ponértela en el bolsillo : otra carta que por falta de dirección se habrá extraviado. Muchas de mis cartas no llegan, porque omito el sobre o las señas o el texto. Esto me trae tan fastidiado que te rogaría que vinieras a leer esta en casa.
Su objeto es para explicarte que si anoche tú y Pérez Ruiz en busca de Bartolomé Galíndez no dieron con la calle Coronda, debe ser, creo, porque la han puesto presa para concluir con los asaltos que en ella se distribuían de contiguo, A un español le robaron hasta la zeta, que tanto la necesitan para pronunciar la ese y aun para toser. Además, los asaltantes que prefieren esa calle por comodidad, quejáronse de que se la mantenían tan oscura que escaseaba la luz hasta para el trabajo de ellos y se veían forzados a asaltar de día cuando debían descansar y dormir.
De modo que la calle Coronda antes era ésa y frecuentaba ese paraje. Pero ahora es otra; creo que atiende al público de 10 a 4, seis horas. Lo más del tiempo lo pasa cruzada de veredas en algunas de sus casas : quizá anoche estaba metida en la de Galíndez : ese día le tocó a Galíndez vivir en la calle.
Es por turnos y este es el turno de que yo me calle.
Macedonio.
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