lunes, 18 de septiembre de 2017

JERUSALEN

Jerusalén.

Semeja un gigantesco cementerio,
antiguo y vestigioso .
Ningún féretro viene a yacer .

Los árboles pétreos
vigilan el paso del simún .
El cielo sin nubes , kipa celeste
paróa la raza de David ;
lienzo azul para moros.

El viento pasa entre las piedras
y edificaciones marmóreas,
dejando un rumor de soledad .

El sol enciende los guijarros ,
y oscurece el rostro de palestinas ,
que miran los olivos del este
y piensan en rancias generaciones .

Domo de la Roca , de oro luminiscente.
El cimborio toma la luz de las arenas
y el matiz de las estrellas .

Un manso asno camina
para el Santo Sepulcro ,
pero se pierde por los recovecos
con paso torpe de renqueante .
Va el pollino entre muro calzadas y peldaños.
 ,
Por aquellos , de una alberca ,
un ángel movía sus aguas.
El primero en lanzarse
limpiaba sus padecimientos .

Acaso , entre las tobas seculares ,
¿ se descubrirían monedas de cambistas o de César ?

Moshe Dayan
oteaba con un ojo solitario,
desde el desierto hasta Jerusalén.

Jasser Arafat mudaba su piel ,
pero su designio era medular :

La paz con Palestina estado
consumirá la guerra .
Cisjordania escuchará
palabras terrenales y palabras celestes .
Monte de los Olivos
se esparse un cántico ecléctico
que dulcemente enlaza  , ,
a occidente , musulmanes y semíticos.
Una melodía angélica
con resonancia de aguas jordánicas,
de suaves tonos y trémulos compases
evocadores de Escipiones
con los cascos resonantes de los corceles .


Memoriales de los Magos tras la estrella.

y un arrullo de nanas en olores
de pienso y freza .

Un sentido lamento en la noche mágica :

" Jerusalén , Jerusalé ,
cuantas veces
quise abrigarte bajo el ala
como a los polluelos ".

sábado, 9 de septiembre de 2017

AMENAZA DE HURACAN

                              Del poemario Esencias de los hogares


Se acercaba a Antillas huracán .
Con fuerza e ímpetu cinco, el torbellino.
En el hogar, la inquietud como afán.
Tapiaban ventanas, era el destino.

Después se comía: pan , queso y café .
La noche con zumbidos y sin luces.
Restallaba lluvia y furia sin fe .
La madre, en murmullo oraba de bruces .

Lumbre hogareña vigilaba horas.
Hasta que nos echábamos con sueño.
Soñábamos con mares bravo y olas

  En la mañana, el otoño hogareño
el jardín mustio, ya muertas las flores .
En el alma y ánimo tales dolores

sábado, 2 de septiembre de 2017

BOLSAS

                                              Del poemario Esencias de los hogares


Ahora que las venden
y no las ofrecen.
Aparecen súbitas
y descansadas ,
dejadas u olvidadas
en los puntos del hogar,
donde reclaman inmutables ,
una presencia en su abandono.