lunes, 18 de junio de 2012

Los violines restaurados

Hace tiempo, en el eco de los tiempos.
Las aristas y lagartijas brillaban con la luna.
Hace tiempo, en el eco de los tiempos,
las cortezas añejas
por las sombras húmedas.
Hace tiempo, en el eco de los tiempos.
Cuando el viento dormido en el bosque,
arrullaba la mirada del ave durmiente
y, el ave en sus alas
llevaba del río,
el rumor diseminado.
Hace tiempo, en el eco de los tiempos.
La lluvia clara,
como gráciles carámbanos
perpendiculares rayando los aires,
quebrando las agujas
de finos azotes.
Los fugaces rasgueos sobre las hojas,
cortinas de las sombras.
Hace tiempo, en el eco de los tiempos.
Era suave la silueta de la niebla,
como pétalo surrealista
en la curva de la tierra.
Mudo el volcán rugirá
al secarse la atmósfera.
En el eco de los tiempos.
Hace tiempo, en el eco de los tiempos.
Aparecieron las voces de los hombres.
Enlazadas a los trinos
de los pájaros.
Se oían entre las frondas,
los árboles, junto a las rocas;
pero nunca sobre la muerte del ave.
El susurro, los rugidos, las voces.
La ráfaga y el arroyo,
las sombras y los sonidos.
Hace tiempo, en el eco de los tiempos.

miércoles, 13 de junio de 2012

La televisión

la televisión es un invento fabuloso. En nuestros tiempos, este aparato es objeto de ornamento en salas y dormitorios, pero también ejerce una función interesante y necesaria : si estamos cansados por alguna actividad fuera del hogar, ver un programa televisivo nos ayuda a relajarnos y olvidar el agobio de las faenas.

A veces deseamos ver y saber cómo son algunos países extranjeros y nos ocupamos de seleccionar un documental al respecto.
Posiblemente tengamos curiosidad de enterarnos de las cosas que ocurren en los demás lugares del orbe y, también en el aspecto local. Entonces buscamos un canal de noticias. En la comunicación de nuevas caemos en un mundo informativo que nos sorprende por la forma en que viven, actúan y se desempeñan las sociedades. Se difunden eventos de la violencia, del heroísmo, aspectos del altruismo, decisiones de la política internacional y doméstica. Nos enteramos de la problemática que afectan a las comunidades y al mundo estudiantil.

Nos reímos con programas humorísticos. El humor nos alivia el estrés.
Las convulsiones sociales en las que estamos inmersos : crisis económica, el disparo de la violencia, el desempleo cabalgante, pérdida de propiedades, crisis de educación. También las atribulaciones psíquicas, con sus opresiones interiores devastadoras de la conducta. Todos estos concomitantes que nos agobian, son apartados u oscurecidos de nuestro ánimo, mientras duran la hilaridad y los efectos divertidos del humorismo en las comedias que se transmiten por la televisión.

El humorismo es un arte y un método. No se da en la naturaleza, sino en los individuos. El medio de la risa es la sociedad, se realiza en en lo objetivo no en lo subjetivo.
El filósofo Enrique Bergson, en su tratado La risa, reconocía cuatro reglas generales capaz de producirla.

1- " Si una causa produce un efecto cómico éste será tanto más cómico cuanto más natural nos parece la causa que lo produce".
2- " Toda deformidad que pueda llegar a ser imitada, por una persona bien conformada, puede ser cómica".
3- " Cómico es todo incidente que llama nuestra atención sobre la parte física de una persona en el momento que nos ocupamos de su aspecto moral".
4- " Nos reímos siempre que una persona nos da la imagen de una cosa".

El humorismo nos satisface, nos relaja y ofrece un ambiente de agradabilidad.

Pero donde la televisión se torna destructiva es en la proyección de escenas excesivamente violentas. Allí el esfuerzo de escritor y cineasta se emplean en destacar demoledoras acciones de batallas o combates civiles que propician actitudes de morbosidad.
Se prefiere matar y ejecutar con saña hasta la desintegración más espectacular. No se busca, en el propósito de la creación artística, la exposición de un hecho que encumbre un aspecto de la moral.

sábado, 2 de junio de 2012

Guarros en cancha de arcilla

Alguien los trajo.
Fueron arreados a la tierra batida.
Una guarrería sobre el campo
de orzas trilladas :
madre, padre e hijos.

Eran marranos ansiosos
de hozar en la arcilla.
Alguien humedeció sus cuerpos
y, también la tierra parda,
con una manguera
de fluyente agua fresca.

Volcaban la gleba ladrillosa.
Hundían los cilíndricos
hocicos brotando la tierra,
creando surcos arcillosos.
Al cabo de un tiempo,
aquella piara
alzaban las testas jadeantes
y, parecían reírse
con el público
que ya abarrotaba las gradas.

Todos los esfuerzos de los edecanes,
parecían no rendir efecto.
Un cerdito se colocó
frente al dibujo
del cocodrilo de Lacoste,
lo contemplaba y gruñía.

Los jugadores entraron asombrados.
Los ayudantes de campo
corrían los cochinos,
la multitud estallaba en una ovación
atronadora.
El árbitro expresaba :
( S' l vous plait ).