Mi raqueta duerme
en mi cuarto :
cerca de camisas y pantalones.
Huele a indumentaria
y, despide sumo de batallas.
A veces la concibo
como un reloj de pared,
tiene cuerdas muy tensas
ocultas tras cubierta gris.
Desde mi lecho
me topo con su silueta.
Está en vigilia
y su pomo de espada
quijotesca, aguarda
por las hazañas
del atardecer.
Los dos penetramos
un campo de sueños.
En esa cancha,
como de corcho
donde llegamos,
se arremolinan para
tocar la tierna raqueta
y como un conejo gris,
husmea manos y dedos :
y salta a la mía,
para hundirse como estoque
o abrumar de garrotazos
y regresar como Clavileño,
desde dudosos aires
a una humilde alcoba.
viernes, 20 de abril de 2012
jueves, 19 de abril de 2012
Tenis en los años sesenta
Era la ciudad universitaria
dormida al comienzo
de los años sesenta.
Un libro leía :
Venezuela política y petróleo,
de Rómulo betancourt.
También un relato
de Voltaire : Micromegas.
Entre las sombras
de los árboles poderosos,
unos versos de mar y de amor :
Los versos del capitán.
Las muchachas de cutis de nácar
y, cadencia de mariposas,
con sus risas de ruiseñores
y, el bolso de los cuadernos.
Descubría en el esplendor
universitario,
un lugar de sombra y de sol :
grandes peldaños romanos,
rodeado de penumbrosos
follajes y, una cancha verde
donde se jugaba el tenis.
Mis ojos seguían
de lado a lado,
los envíos
de aquel hermoso juego,
tan distante de mí
y, tan cerca del corazón.
dormida al comienzo
de los años sesenta.
Un libro leía :
Venezuela política y petróleo,
de Rómulo betancourt.
También un relato
de Voltaire : Micromegas.
Entre las sombras
de los árboles poderosos,
unos versos de mar y de amor :
Los versos del capitán.
Las muchachas de cutis de nácar
y, cadencia de mariposas,
con sus risas de ruiseñores
y, el bolso de los cuadernos.
Descubría en el esplendor
universitario,
un lugar de sombra y de sol :
grandes peldaños romanos,
rodeado de penumbrosos
follajes y, una cancha verde
donde se jugaba el tenis.
Mis ojos seguían
de lado a lado,
los envíos
de aquel hermoso juego,
tan distante de mí
y, tan cerca del corazón.
Aprendices de tenis
La cancha se ofrecía
fresca como la menta.
En las gradas,
esperábamos algunos entusiastas.
Ese día, de luz mañanera,
jugaban un padre
y dos niñas.
La bola paseaba en globo,
como en órbita desorientada
fuera del prado de juegos.
Veíamos los azotes de raquetas
sin punto de destino preciso.
Bola loca en el aire.
La familia contaba los tantos :
quince, treinta,
ventaja -- ventaja -- pensaba yo,
por los cristales del hubble.
A las niñas les invadía
el entusiasmo.
El cabello aireaba
la lumbre de sus mejillas.
El padre buscaba
bolas perdidas,
las niñas reían
y se comunicaban
algunas cosillas.
El tiempo tardo
en transcurrir,
como sustancia viscosa.
Sin embargo,
la familia disfrutaba.
La cancha, holgada,
para ellos, una inmensidad.
Para nosotros se nos escapaba
como una pastilla de menta.
fresca como la menta.
En las gradas,
esperábamos algunos entusiastas.
Ese día, de luz mañanera,
jugaban un padre
y dos niñas.
La bola paseaba en globo,
como en órbita desorientada
fuera del prado de juegos.
Veíamos los azotes de raquetas
sin punto de destino preciso.
Bola loca en el aire.
La familia contaba los tantos :
quince, treinta,
ventaja -- ventaja -- pensaba yo,
por los cristales del hubble.
A las niñas les invadía
el entusiasmo.
El cabello aireaba
la lumbre de sus mejillas.
El padre buscaba
bolas perdidas,
las niñas reían
y se comunicaban
algunas cosillas.
El tiempo tardo
en transcurrir,
como sustancia viscosa.
Sin embargo,
la familia disfrutaba.
La cancha, holgada,
para ellos, una inmensidad.
Para nosotros se nos escapaba
como una pastilla de menta.
miércoles, 18 de abril de 2012
Esperando turno
La cancha abre sus girasoles.
En las gradas, hoy se mueven
cabezas, se agitan raquetas,
se estiran piernas;
las aspas de las manos
crean los molinos
para triturar aspiraciones contrarias.
florecen las conversaciones.
Se enciende el humor.
Estallan las risas,
pero se sigue la gracia
de los sembrados.
Concluye una pareja,
invade el campo
nuevos tenistas.
El tiempo se nos alarga,
se nos escapa la vista
hacia unas zonas de grises nubes.
Comenzamos a oir los golpes
y, hasta diferenciamos impactos.
Los empates se alargan,
se alargan.
Sentimos cierta urticaria
que nos recorre el espinazo.
Al cabo, finaliza el juego.
Entran a la cancha
cuatro sembrados.
El juego es más ancho,
es aparentemente lento.
Ha recorrido una fracción
de tiempo. Pienso :
¿ cuánto tiempo más esperaré ?
En las gradas, hoy se mueven
cabezas, se agitan raquetas,
se estiran piernas;
las aspas de las manos
crean los molinos
para triturar aspiraciones contrarias.
florecen las conversaciones.
Se enciende el humor.
Estallan las risas,
pero se sigue la gracia
de los sembrados.
Concluye una pareja,
invade el campo
nuevos tenistas.
El tiempo se nos alarga,
se nos escapa la vista
hacia unas zonas de grises nubes.
Comenzamos a oir los golpes
y, hasta diferenciamos impactos.
Los empates se alargan,
se alargan.
Sentimos cierta urticaria
que nos recorre el espinazo.
Al cabo, finaliza el juego.
Entran a la cancha
cuatro sembrados.
El juego es más ancho,
es aparentemente lento.
Ha recorrido una fracción
de tiempo. Pienso :
¿ cuánto tiempo más esperaré ?
Huellas en la cancha
Chaliger de "Ricoh ",
de"Emirate ".
Sensor computarizado
que cae como pétalo
amarillo : estambre de margarita
deshojada.
Impronta volátil, tenue, sutil.
Que precisa un punto de caída
en lugar de " aut "
o de "in ".
Pero casi nunca despeja dudas,
aunque concluye y cierra
un juicio final y firme.
Ella misma, posadura
cibernética es alzada
contra árbitro de línea
y, no admite apelativa
su indicación virtual.
Hace elevar la frente
y la mirada de los tenistas,
hasta aquella cumbre
donde la imagen es proyectada
en la gran pantalla,
para sorpresa o confirmación
de una fanaticada multitudinaria.
Nos recuerda la flecha lanzada,
con rauda velocidad
por el legendario arquero,
hasta la roja manzana.
de"Emirate ".
Sensor computarizado
que cae como pétalo
amarillo : estambre de margarita
deshojada.
Impronta volátil, tenue, sutil.
Que precisa un punto de caída
en lugar de " aut "
o de "in ".
Pero casi nunca despeja dudas,
aunque concluye y cierra
un juicio final y firme.
Ella misma, posadura
cibernética es alzada
contra árbitro de línea
y, no admite apelativa
su indicación virtual.
Hace elevar la frente
y la mirada de los tenistas,
hasta aquella cumbre
donde la imagen es proyectada
en la gran pantalla,
para sorpresa o confirmación
de una fanaticada multitudinaria.
Nos recuerda la flecha lanzada,
con rauda velocidad
por el legendario arquero,
hasta la roja manzana.
martes, 17 de abril de 2012
Adiós Andrés Agassi
Eran lágrimas
de profundo sentimiento.
Llanto de la conciencia
alos ojos.
Aunque toda aquella sociedad,
ocupaba la imagen temblorosa,
de una multitud apenada
y, reverberante en los palcos,
todos apresados en unos ojos
grises y cristalizados.
Sacudían los tiempos
con estruendosa ovación.
Agassi, en su antigua figura
emblemática, recogía
en él, a todos los tenistas :
" La tabla informa que perdí,
pero no dice cuánto los amos,
a ustedes y los del mundo.
Cuánto el tenis me ha prodigado".
Su esposa y las criaturas,
le rendían honores.
Aún con la raqueta
en su hábil brazo,
con la que trazó a golpes
todos sus triunfos,
dijo adiós
y, Agassi pasó a la historia.
de profundo sentimiento.
Llanto de la conciencia
alos ojos.
Aunque toda aquella sociedad,
ocupaba la imagen temblorosa,
de una multitud apenada
y, reverberante en los palcos,
todos apresados en unos ojos
grises y cristalizados.
Sacudían los tiempos
con estruendosa ovación.
Agassi, en su antigua figura
emblemática, recogía
en él, a todos los tenistas :
" La tabla informa que perdí,
pero no dice cuánto los amos,
a ustedes y los del mundo.
Cuánto el tenis me ha prodigado".
Su esposa y las criaturas,
le rendían honores.
Aún con la raqueta
en su hábil brazo,
con la que trazó a golpes
todos sus triunfos,
dijo adiós
y, Agassi pasó a la historia.
miércoles, 11 de abril de 2012
Roger Federer, il gagner son quatrie`me Wimbledon
Court Central de Wimbledon.
Vert et frais sa prairie.
Dans les points de service,
apparaitre, pale, la glebe sans gazon.
Chemin pelé
font avec la force
de ses pas.
"Vous ne gagner pas ici,
chez moin,
dans la Court Central".
Au final il avait
le curriculum vitae
de quatre Wimbledon
et huitieme Grand Slam.
Des prestigeuse profession.
Il regarde le multitude
qui acclamer lui.
Les acclamers,
les gens battre les mains :
le grand tambour humain.
Exaltation et joie.
Une pigeon blanc
dan rouge vif,
croiser dan vol
le pré de jeu.
Federer avec excellence et alluré
habiller sa blazer creme,
il apparaitre sur la herbe.
Quand tout finir
et la fleche match blesseait,
il lever les bras,
il jete la tete arriere
et il ferme les jeux.
Ses ouis percevoir
le grand bruit.
Dans sa conscience sonner
les cloches de la Cathedrale
`a Suisse.
Vert et frais sa prairie.
Dans les points de service,
apparaitre, pale, la glebe sans gazon.
Chemin pelé
font avec la force
de ses pas.
"Vous ne gagner pas ici,
chez moin,
dans la Court Central".
Au final il avait
le curriculum vitae
de quatre Wimbledon
et huitieme Grand Slam.
Des prestigeuse profession.
Il regarde le multitude
qui acclamer lui.
Les acclamers,
les gens battre les mains :
le grand tambour humain.
Exaltation et joie.
Une pigeon blanc
dan rouge vif,
croiser dan vol
le pré de jeu.
Federer avec excellence et alluré
habiller sa blazer creme,
il apparaitre sur la herbe.
Quand tout finir
et la fleche match blesseait,
il lever les bras,
il jete la tete arriere
et il ferme les jeux.
Ses ouis percevoir
le grand bruit.
Dans sa conscience sonner
les cloches de la Cathedrale
`a Suisse.
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