La esperanza, la alegría y el gran amor.
El esfuerzo, firmeza y la pasión.
Mónica, espoleada por su valor,
alcanzó gloria a su bella nación.
En su ágil mente una presea dorada,
fulgura la estrella de su bandera.
Sueña Mónica, la isla verde amada,
que la llevará siempre donde quiera.
Tenistas de España, checa, alemanas.
Cayeron como los naipes al viento.
Bajo el olímpico sol sin mañanas.
De Mónica, el histórico momento.
Para ella y de Puerto Rico, la gloria.
Y los dos en la cumbre de la historia.
domingo, 14 de agosto de 2016
martes, 2 de agosto de 2016
Reflexión filosófica
¿ Puede un hecho quedar en el campo de la intuición, después de realizado, sin llegar a convertirse en fenómeno ?
Veamos primero la idea transformarse en fenómeno. El fenómeno automóvil cuya idea pasa al diseño y de ahí, por el proceso de facto resulta luego, en el fenómeno automóvil.
Pero la interpretación de un número musical, que el artista pasa al escenario y ejercita la pieza, al quedar realizado su acto artístico, no resulta en fenómeno alguno, sino que la experiencia ha quedado en la intuición, tanto en el propio artista como en los que la presenciaron.
Veamos primero la idea transformarse en fenómeno. El fenómeno automóvil cuya idea pasa al diseño y de ahí, por el proceso de facto resulta luego, en el fenómeno automóvil.
Pero la interpretación de un número musical, que el artista pasa al escenario y ejercita la pieza, al quedar realizado su acto artístico, no resulta en fenómeno alguno, sino que la experiencia ha quedado en la intuición, tanto en el propio artista como en los que la presenciaron.
jueves, 28 de julio de 2016
Soneto a Baltazar Carrero
" Asómate a esa verguenza,
cara de poca ventana,
y dame un poco de sed
que me estoy muriendo de agua. "
( Trova, siglo XIX
Baltazar, endecasílaba estrofa
a tu fino y excepcional humorismo.
Nada de ladino, nada de estofa.
De clásico, alto y jíbaro lirismo.
A mi Puerto Rico pusiste a reír.
Aún en la guerra triste de la Corea.
Con " La vieja voladora " y sentir
" Jíbaro terminao " con lima en correa.
En modestos hogares de las lomas.
En blancas hamacas de los ancianos.
Como oyendo las hilarantes bromas.
Donde se hacen las almohadas de guanos.
Y se cantaba " Enfermo del bolsillo ".
Y se endulzaba café con higuillo.
cara de poca ventana,
y dame un poco de sed
que me estoy muriendo de agua. "
( Trova, siglo XIX
Baltazar, endecasílaba estrofa
a tu fino y excepcional humorismo.
Nada de ladino, nada de estofa.
De clásico, alto y jíbaro lirismo.
A mi Puerto Rico pusiste a reír.
Aún en la guerra triste de la Corea.
Con " La vieja voladora " y sentir
" Jíbaro terminao " con lima en correa.
En modestos hogares de las lomas.
En blancas hamacas de los ancianos.
Como oyendo las hilarantes bromas.
Donde se hacen las almohadas de guanos.
Y se cantaba " Enfermo del bolsillo ".
Y se endulzaba café con higuillo.
martes, 26 de julio de 2016
Soneto a los bares
Ahora que muere el comercio de Lares,
y la gente se abruma de tedio y ocio.
Nos brindan alegrías los animados bares.
Ampara puesto y plata, este negocio.
En algunos : música, danza y bohemia,
exulta, gratifica y rememora;
cura regocijo la mal endemia.
El alegre ambiente nos enamora.
Juegan dominó, otros en el billar.
El plectro pulsa sonora guitarra.
Noche, luna y estrellas en su brillar.
Ellos escancian la cerveza en jarra.
Son las charlas bautizadas de espumas.
las horas y las miradas ya en brumas.
y la gente se abruma de tedio y ocio.
Nos brindan alegrías los animados bares.
Ampara puesto y plata, este negocio.
En algunos : música, danza y bohemia,
exulta, gratifica y rememora;
cura regocijo la mal endemia.
El alegre ambiente nos enamora.
Juegan dominó, otros en el billar.
El plectro pulsa sonora guitarra.
Noche, luna y estrellas en su brillar.
Ellos escancian la cerveza en jarra.
Son las charlas bautizadas de espumas.
las horas y las miradas ya en brumas.
domingo, 24 de julio de 2016
Las virtudes del hogar
Los hogares siempre son propiedad
de los que allí viven, habitan, sueñan.
Ellos lo construyen en la hermandad.
El hogar es aura que ellos se empeñan.
Juntos en sudores y con dolor,
juntan las briznas, las tobas y leñas.
De la algidés, unidos crean calor.
En infortunios miradas son peñas.
La casa es inmueble, sedentaria.
Hogar, oveja con cencerro, nómada.
Plena de armonías, grato y sentido aria.
Ofrece arrullo y abrigo del hada.
Todas las voces, una sola voz.
Ímpetu de vida, enérgica coz.
de los que allí viven, habitan, sueñan.
Ellos lo construyen en la hermandad.
El hogar es aura que ellos se empeñan.
Juntos en sudores y con dolor,
juntan las briznas, las tobas y leñas.
De la algidés, unidos crean calor.
En infortunios miradas son peñas.
La casa es inmueble, sedentaria.
Hogar, oveja con cencerro, nómada.
Plena de armonías, grato y sentido aria.
Ofrece arrullo y abrigo del hada.
Todas las voces, una sola voz.
Ímpetu de vida, enérgica coz.
jueves, 21 de julio de 2016
La vendimia del pescador
" y oigo un rumor de olas y un incógnito acento
y un profundo oleaje y un misterioso viento... "
Caracol, Rubén Darío.
La oscuridad total no permite ver el mar,
sin embargo, su presencia estrangula la noche.
Los horribles sollozos sacuden las sombras.
La luz de los faroles, donde danzan
los dorados insectos, armonizan el oscuro
baile de las olas.
Ha arribado el pescador con la ropa ajada,
untada de olores marinos y mojada
de aguas de las nubes.
Embadurnada de saladas aguas, la vendimia.
La dócil barca nerviosa, es atada
junto a las que duermen en las arenas.
y un profundo oleaje y un misterioso viento... "
Caracol, Rubén Darío.
La oscuridad total no permite ver el mar,
sin embargo, su presencia estrangula la noche.
Los horribles sollozos sacuden las sombras.
La luz de los faroles, donde danzan
los dorados insectos, armonizan el oscuro
baile de las olas.
Ha arribado el pescador con la ropa ajada,
untada de olores marinos y mojada
de aguas de las nubes.
Embadurnada de saladas aguas, la vendimia.
La dócil barca nerviosa, es atada
junto a las que duermen en las arenas.
domingo, 17 de julio de 2016
La evolución implacable
Al andar las épocas, uno acumula gran edad, senilidad. Entonces el pueblo donde has nacido se va disolviendo, se evapora. Existen unos olores muy particulares, tanto en las localidades como en la geografía regional del país. Por ejemplo, la costa del oriente de Puerto Rico, su estancia ambiental marina, exhala un aliento de mar distinto al olor a mariscos, algas, salino que disemina el aura del mar del oeste. Así también ocurre con los pueblitos. Cuando la gran cantidad de años ha transcurrido, uno comienza a percatarse de que se han ausentado aquellos olores característicos de los lugares que recorríamos.
A esa altura, el pueblo ha evolucionado y, se escapó su particular aroma. Su forma y geometría cambiaron. la gente que conocimos se esfumó. Aquellas costumbres que veíamos aplicarse en el transcurrir de las cotidianas situaciones, quedaron como objetos perdidos o hechos olvidados.
Recuerdo que íbamos al cine y comprábamos palomitas de maíz, ahora se compra " pop corn "
y es lo mismo. Para la época del calor, que es casi todo el año, para refrescar el paladar, comprábamos maricutanas, hoy saboreamos las paletas heladas, que son iguales. La gente acostumbraba a pedir un " palito " de ron, hoy te sirven un " short ".
Hubo una época que al aparecer por la carretera, la callada gente de un entierro, el comercio se apresuraba a juntar las puertas y, los que estaban fuera si lucían tocados, se quitaban los sombreros y silenciaban sus conversaciones hata que pasaba el féretro y su séquito circunspecto.
Para esa época las diversiones eran efímeras y pocas. Recuerdo una que le llamaban " el burro ".
Este era un leño de siete u ocho pies de largor y cinco pulgadas de ancho. Le habían punzado a presión una estaca cerca de los extremos con la finalidad de que los niños se sujetaran y evitaran una caída. Uno rememoraba al tronco que cargó sobre sus hombros el indio araucano Caopolicán y que refiere La Auracana de Alonso de Ercilla y Zúñiga y, cuya hazaña de desplazarse con él de ronda por el bosque, esperando que llegara la noche y apareciera el alba. Aquel leño del juguete rotador, traía la escena a la memoria.
Se hincaba en la tierra otro leño en forma vertical y sobre ése, ya con su muesca, se engarzaba el tronco mayor en forma horizontal. Un ayudante facilitaba que uno o dos niños en cada extremo nos montáramos como sobre un burro. Entonces nos rotaban con fureza y girábamos al azote del viento como sobre Clavileño.
Pero la indómita evolución como un genio de Las mil y una noches trocó el pueblo por otro y, mandó a aquella gente al ostracismo eterno.
A esa altura, el pueblo ha evolucionado y, se escapó su particular aroma. Su forma y geometría cambiaron. la gente que conocimos se esfumó. Aquellas costumbres que veíamos aplicarse en el transcurrir de las cotidianas situaciones, quedaron como objetos perdidos o hechos olvidados.
Recuerdo que íbamos al cine y comprábamos palomitas de maíz, ahora se compra " pop corn "
y es lo mismo. Para la época del calor, que es casi todo el año, para refrescar el paladar, comprábamos maricutanas, hoy saboreamos las paletas heladas, que son iguales. La gente acostumbraba a pedir un " palito " de ron, hoy te sirven un " short ".
Hubo una época que al aparecer por la carretera, la callada gente de un entierro, el comercio se apresuraba a juntar las puertas y, los que estaban fuera si lucían tocados, se quitaban los sombreros y silenciaban sus conversaciones hata que pasaba el féretro y su séquito circunspecto.
Para esa época las diversiones eran efímeras y pocas. Recuerdo una que le llamaban " el burro ".
Este era un leño de siete u ocho pies de largor y cinco pulgadas de ancho. Le habían punzado a presión una estaca cerca de los extremos con la finalidad de que los niños se sujetaran y evitaran una caída. Uno rememoraba al tronco que cargó sobre sus hombros el indio araucano Caopolicán y que refiere La Auracana de Alonso de Ercilla y Zúñiga y, cuya hazaña de desplazarse con él de ronda por el bosque, esperando que llegara la noche y apareciera el alba. Aquel leño del juguete rotador, traía la escena a la memoria.
Se hincaba en la tierra otro leño en forma vertical y sobre ése, ya con su muesca, se engarzaba el tronco mayor en forma horizontal. Un ayudante facilitaba que uno o dos niños en cada extremo nos montáramos como sobre un burro. Entonces nos rotaban con fureza y girábamos al azote del viento como sobre Clavileño.
Pero la indómita evolución como un genio de Las mil y una noches trocó el pueblo por otro y, mandó a aquella gente al ostracismo eterno.
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