Los hogares siempre son propiedad
de los que allí viven, habitan, sueñan.
Ellos lo construyen en la hermandad.
El hogar es aura que ellos se empeñan.
Juntos en sudores y con dolor,
juntan las briznas, las tobas y leñas.
De la algidés, unidos crean calor.
En infortunios miradas son peñas.
La casa es inmueble, sedentaria.
Hogar, oveja con cencerro, nómada.
Plena de armonías, grato y sentido aria.
Ofrece arrullo y abrigo del hada.
Todas las voces, una sola voz.
Ímpetu de vida, enérgica coz.
domingo, 24 de julio de 2016
jueves, 21 de julio de 2016
La vendimia del pescador
" y oigo un rumor de olas y un incógnito acento
y un profundo oleaje y un misterioso viento... "
Caracol, Rubén Darío.
La oscuridad total no permite ver el mar,
sin embargo, su presencia estrangula la noche.
Los horribles sollozos sacuden las sombras.
La luz de los faroles, donde danzan
los dorados insectos, armonizan el oscuro
baile de las olas.
Ha arribado el pescador con la ropa ajada,
untada de olores marinos y mojada
de aguas de las nubes.
Embadurnada de saladas aguas, la vendimia.
La dócil barca nerviosa, es atada
junto a las que duermen en las arenas.
y un profundo oleaje y un misterioso viento... "
Caracol, Rubén Darío.
La oscuridad total no permite ver el mar,
sin embargo, su presencia estrangula la noche.
Los horribles sollozos sacuden las sombras.
La luz de los faroles, donde danzan
los dorados insectos, armonizan el oscuro
baile de las olas.
Ha arribado el pescador con la ropa ajada,
untada de olores marinos y mojada
de aguas de las nubes.
Embadurnada de saladas aguas, la vendimia.
La dócil barca nerviosa, es atada
junto a las que duermen en las arenas.
domingo, 17 de julio de 2016
La evolución implacable
Al andar las épocas, uno acumula gran edad, senilidad. Entonces el pueblo donde has nacido se va disolviendo, se evapora. Existen unos olores muy particulares, tanto en las localidades como en la geografía regional del país. Por ejemplo, la costa del oriente de Puerto Rico, su estancia ambiental marina, exhala un aliento de mar distinto al olor a mariscos, algas, salino que disemina el aura del mar del oeste. Así también ocurre con los pueblitos. Cuando la gran cantidad de años ha transcurrido, uno comienza a percatarse de que se han ausentado aquellos olores característicos de los lugares que recorríamos.
A esa altura, el pueblo ha evolucionado y, se escapó su particular aroma. Su forma y geometría cambiaron. la gente que conocimos se esfumó. Aquellas costumbres que veíamos aplicarse en el transcurrir de las cotidianas situaciones, quedaron como objetos perdidos o hechos olvidados.
Recuerdo que íbamos al cine y comprábamos palomitas de maíz, ahora se compra " pop corn "
y es lo mismo. Para la época del calor, que es casi todo el año, para refrescar el paladar, comprábamos maricutanas, hoy saboreamos las paletas heladas, que son iguales. La gente acostumbraba a pedir un " palito " de ron, hoy te sirven un " short ".
Hubo una época que al aparecer por la carretera, la callada gente de un entierro, el comercio se apresuraba a juntar las puertas y, los que estaban fuera si lucían tocados, se quitaban los sombreros y silenciaban sus conversaciones hata que pasaba el féretro y su séquito circunspecto.
Para esa época las diversiones eran efímeras y pocas. Recuerdo una que le llamaban " el burro ".
Este era un leño de siete u ocho pies de largor y cinco pulgadas de ancho. Le habían punzado a presión una estaca cerca de los extremos con la finalidad de que los niños se sujetaran y evitaran una caída. Uno rememoraba al tronco que cargó sobre sus hombros el indio araucano Caopolicán y que refiere La Auracana de Alonso de Ercilla y Zúñiga y, cuya hazaña de desplazarse con él de ronda por el bosque, esperando que llegara la noche y apareciera el alba. Aquel leño del juguete rotador, traía la escena a la memoria.
Se hincaba en la tierra otro leño en forma vertical y sobre ése, ya con su muesca, se engarzaba el tronco mayor en forma horizontal. Un ayudante facilitaba que uno o dos niños en cada extremo nos montáramos como sobre un burro. Entonces nos rotaban con fureza y girábamos al azote del viento como sobre Clavileño.
Pero la indómita evolución como un genio de Las mil y una noches trocó el pueblo por otro y, mandó a aquella gente al ostracismo eterno.
A esa altura, el pueblo ha evolucionado y, se escapó su particular aroma. Su forma y geometría cambiaron. la gente que conocimos se esfumó. Aquellas costumbres que veíamos aplicarse en el transcurrir de las cotidianas situaciones, quedaron como objetos perdidos o hechos olvidados.
Recuerdo que íbamos al cine y comprábamos palomitas de maíz, ahora se compra " pop corn "
y es lo mismo. Para la época del calor, que es casi todo el año, para refrescar el paladar, comprábamos maricutanas, hoy saboreamos las paletas heladas, que son iguales. La gente acostumbraba a pedir un " palito " de ron, hoy te sirven un " short ".
Hubo una época que al aparecer por la carretera, la callada gente de un entierro, el comercio se apresuraba a juntar las puertas y, los que estaban fuera si lucían tocados, se quitaban los sombreros y silenciaban sus conversaciones hata que pasaba el féretro y su séquito circunspecto.
Para esa época las diversiones eran efímeras y pocas. Recuerdo una que le llamaban " el burro ".
Este era un leño de siete u ocho pies de largor y cinco pulgadas de ancho. Le habían punzado a presión una estaca cerca de los extremos con la finalidad de que los niños se sujetaran y evitaran una caída. Uno rememoraba al tronco que cargó sobre sus hombros el indio araucano Caopolicán y que refiere La Auracana de Alonso de Ercilla y Zúñiga y, cuya hazaña de desplazarse con él de ronda por el bosque, esperando que llegara la noche y apareciera el alba. Aquel leño del juguete rotador, traía la escena a la memoria.
Se hincaba en la tierra otro leño en forma vertical y sobre ése, ya con su muesca, se engarzaba el tronco mayor en forma horizontal. Un ayudante facilitaba que uno o dos niños en cada extremo nos montáramos como sobre un burro. Entonces nos rotaban con fureza y girábamos al azote del viento como sobre Clavileño.
Pero la indómita evolución como un genio de Las mil y una noches trocó el pueblo por otro y, mandó a aquella gente al ostracismo eterno.
martes, 12 de julio de 2016
Nuevo poema de Neruda
Recordando a Pablo Neruda en su fecha de nacimiento :
12 de julio de 1904 en Parral, Chile.
He ido marcando con cruces de fuego, ( 1 )
el eco de la voz más allá del silencio. ( 2 )
Hago girar mis brazos como dos aspas locas, ( 3 )
en la noche toda ella de metales azules.
La noche ha descendido como una brasa negra. (4 )
El ser, como el maíz, se desgranaba ( 5 )
en el inacabable granero de los hechos perdidos
y la altura o vastas construcciones
de viento y ventisquero.
Sólo puedo querte con besos y amapolas, ( 6 )
con guirnaldas mojadas por la lluvia.
Yo quiero estar contigo en el día amarillo, ( 7 )
que esté mi voz en los rincones
como desmoronado monasterio,
los techos rotos, las vacías puertas.
En la tierra de tu alma ( 8 )
y en la cruz de tus brazos.
( 1 ) Veinte poemas de amor -- 13--
( 2 ) Esclava mía, témeme -- El hondero entusiasta.
( 3 ) Hago girar mis brazos -- El hondero entusiasta.
( 4 ) Canto General, Las agonías, p. 57, XI V.
( 5 ) Canto General, III p. 29 .
( 6 ) Oda con un lamento, El fin del viaje, p. 115.
( 7 ) Saludo al norte, Fin del viaje, p. 74-- 75.
( 8 ) Veinte poemas de amor, La canción desesperada, p. , 12.
Nota.
La compilación y ordenamiento es de mi autoría,
Carlos Mercado Galartza.
12 de julio de 1904 en Parral, Chile.
He ido marcando con cruces de fuego, ( 1 )
el eco de la voz más allá del silencio. ( 2 )
Hago girar mis brazos como dos aspas locas, ( 3 )
en la noche toda ella de metales azules.
La noche ha descendido como una brasa negra. (4 )
El ser, como el maíz, se desgranaba ( 5 )
en el inacabable granero de los hechos perdidos
y la altura o vastas construcciones
de viento y ventisquero.
Sólo puedo querte con besos y amapolas, ( 6 )
con guirnaldas mojadas por la lluvia.
Yo quiero estar contigo en el día amarillo, ( 7 )
que esté mi voz en los rincones
como desmoronado monasterio,
los techos rotos, las vacías puertas.
En la tierra de tu alma ( 8 )
y en la cruz de tus brazos.
( 1 ) Veinte poemas de amor -- 13--
( 2 ) Esclava mía, témeme -- El hondero entusiasta.
( 3 ) Hago girar mis brazos -- El hondero entusiasta.
( 4 ) Canto General, Las agonías, p. 57, XI V.
( 5 ) Canto General, III p. 29 .
( 6 ) Oda con un lamento, El fin del viaje, p. 115.
( 7 ) Saludo al norte, Fin del viaje, p. 74-- 75.
( 8 ) Veinte poemas de amor, La canción desesperada, p. , 12.
Nota.
La compilación y ordenamiento es de mi autoría,
Carlos Mercado Galartza.
domingo, 26 de junio de 2016
Ventanas
Del Poemario Esencias de los hogares
Recuerdo un verso de mi adolescencia.
" Desde mi ventana ajena "...
Hoy resido en una casa de dos plantas,
construida con mis " propias " manos :
modesta, humilde, sosegada.
Es día de la limpieza de las ventanas.
A veces echo una manita.
La esponja de lavar el auto, es la mejor.
Retiene el agua, la disemina, arrastra.
El piso se anega, pero al final se atiende.
Ahora la visión del pueblo es nítida.
El verde aflora con prodigalidad.
Arboledas,arbusto,arborescencia,
cubren de verde la comunidad.
El pueblo se transfigura en extraña fruta.
Me ofrecen un vaso de naranja,
porque ha concluido el aseo de los cristales.
Recuerdo un verso de mi adolescencia.
" Desde mi ventana ajena "...
Hoy resido en una casa de dos plantas,
construida con mis " propias " manos :
modesta, humilde, sosegada.
Es día de la limpieza de las ventanas.
A veces echo una manita.
La esponja de lavar el auto, es la mejor.
Retiene el agua, la disemina, arrastra.
El piso se anega, pero al final se atiende.
Ahora la visión del pueblo es nítida.
El verde aflora con prodigalidad.
Arboledas,arbusto,arborescencia,
cubren de verde la comunidad.
El pueblo se transfigura en extraña fruta.
Me ofrecen un vaso de naranja,
porque ha concluido el aseo de los cristales.
jueves, 23 de junio de 2016
Buscando un cuenco de losa
del poemario Esencias de los hogares
Un dispositivo estratégico
donde apilan platos,
para ocasiones usuales,
en el gabinete de la cocina.
Si no estuviere en escurridor,
el cuenco de losa que busco
para los huevos escalfados.
Alzo la mano
hasta aquel sombreado
y triste espacio que espera.
El escarceo por el brusco
movimiento del soliviantar,
hace huir las sombras,
que dormían y, entonces
se muestran los demás trebejos
y, más allá, a donde emigraron
las sombras molestadas.
Un dispositivo estratégico
donde apilan platos,
para ocasiones usuales,
en el gabinete de la cocina.
Si no estuviere en escurridor,
el cuenco de losa que busco
para los huevos escalfados.
Alzo la mano
hasta aquel sombreado
y triste espacio que espera.
El escarceo por el brusco
movimiento del soliviantar,
hace huir las sombras,
que dormían y, entonces
se muestran los demás trebejos
y, más allá, a donde emigraron
las sombras molestadas.
lunes, 20 de junio de 2016
Café negro humeante
Del poemario : Esencias de los hogares
Décima octosílaba combinada
Puedes estar en vaivén
hundido en la hamaca blonda.
En la mano tú sostienes,
la taza de café prieto.
Te meces en el sillón.
Vas ensoñando añoranzas,
humeante café puyón,
las esperanzas alcanzas.
Vienes de pescar en río.
Aquellas aguas templadas.
Todavía tienes frío.
El café es la mágica hada
De aroma confortadora,
su calor, sabor, dan vida
y matices en la finca.
Abalorio vegetal
Despertar con el aroma
del tostadito café.
El humo que ya asoma
en la casa de don José.
Puedes escuchar un seis
chorreado con cuatro y trova,
oir el balido del buey,
que en el mangó ya se soba.
Mariana y caficultura,
hermanan así la historia,
de lareña agricultura,
de pasiones y victoria.
Esencias del buen Tosquro,
y donde Lares da fe
para el amado orbe entero
del excepcional café.
Distinguidos restaurantes,
también en las oficinas.
En salones elegantes
se le ve o bien lo adivinas.
Sn profanar, en la cruz,
oyó el soldado romano,
pedir el café a Jesús
y, negárselo su mano.
Décima octosílaba combinada
Puedes estar en vaivén
hundido en la hamaca blonda.
En la mano tú sostienes,
la taza de café prieto.
Te meces en el sillón.
Vas ensoñando añoranzas,
humeante café puyón,
las esperanzas alcanzas.
Vienes de pescar en río.
Aquellas aguas templadas.
Todavía tienes frío.
El café es la mágica hada
De aroma confortadora,
su calor, sabor, dan vida
y matices en la finca.
Abalorio vegetal
Despertar con el aroma
del tostadito café.
El humo que ya asoma
en la casa de don José.
Puedes escuchar un seis
chorreado con cuatro y trova,
oir el balido del buey,
que en el mangó ya se soba.
Mariana y caficultura,
hermanan así la historia,
de lareña agricultura,
de pasiones y victoria.
Esencias del buen Tosquro,
y donde Lares da fe
para el amado orbe entero
del excepcional café.
Distinguidos restaurantes,
también en las oficinas.
En salones elegantes
se le ve o bien lo adivinas.
Sn profanar, en la cruz,
oyó el soldado romano,
pedir el café a Jesús
y, negárselo su mano.
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