Quisiera ver temblar el agua
en la tinaja de tu cintura.
Ver una media luna
en el cielo de tus ojos,
cuando al abrigo de las estrellas
mira la inmensidad de las arenas.
De día tus pómulos brunos,
la burka les traza color de rubíes.
De noche, si viajas en camello,
el aire helado forma carámbanos
de brillantes zarcillos.
Quisiera conmoverme con los sentimientos
de tu apego a la tierra de los ancestros.
Quisiera escuchar de tus labios,
el tañido de la música
triste de tu raza,
que narra y evoca
amores y angustias.
martes, 5 de marzo de 2013
martes, 12 de febrero de 2013
Amor en mi hogar
En mi casa
siempre hubo amor.
No se proclamaba con fuerza de carnaval,
pero se deslizaba
por la vida hogareña,
como témpano de aguas marinas :
sutil, solitario, callado.
También, el amor, en mi hogar
se iba más allá
de los hitos de la casa,
" a las orillas
de todas las tierras. "
( como dijera Neruda en Los versos del capitán ).
Es verdad que se asomó
el dolor.
Pero, ¿ existe amor
sin que brille una lágrima?
siempre hubo amor.
No se proclamaba con fuerza de carnaval,
pero se deslizaba
por la vida hogareña,
como témpano de aguas marinas :
sutil, solitario, callado.
También, el amor, en mi hogar
se iba más allá
de los hitos de la casa,
" a las orillas
de todas las tierras. "
( como dijera Neruda en Los versos del capitán ).
Es verdad que se asomó
el dolor.
Pero, ¿ existe amor
sin que brille una lágrima?
viernes, 8 de febrero de 2013
De corteza y de hojas
Este árbol
corre conmigo a mi lado.
Está entre sus hojas
cubierto de follaje.
Va a donde voy,
dentro de mí en otros espacios.
Lo alcanzo al refrescar la tarde
y, allá se traga mi sombra.
En época, lanza pétalos
al aire.
Flores que enhebran una estera.
corre conmigo a mi lado.
Está entre sus hojas
cubierto de follaje.
Va a donde voy,
dentro de mí en otros espacios.
Lo alcanzo al refrescar la tarde
y, allá se traga mi sombra.
En época, lanza pétalos
al aire.
Flores que enhebran una estera.
miércoles, 6 de febrero de 2013
El amor en la soledad
En este mes de febrero
A quienes se les haya dado amor,
búsquelo para que renueve,
porque a veces la pasión
descansa como las aguas
en los recodos de la vida.
Yo anduve por las casas
que en las tazas y platos lo ofrecían
y el amor, en los aires de balcones
se percibía junto a los maceteros.
Cuando recorrí ciudades
y aldeas, algún pétalo de amor
ondeando por polvorientas carreteras,
rozó mi cara y pintó colores en los ojos.
Allá, en la lejanía de los mares,
descubrí, como Ulises, la música
de los amores entre las olas y la soledad.
A quienes se les haya dado amor,
búsquelo para que renueve,
porque a veces la pasión
descansa como las aguas
en los recodos de la vida.
Yo anduve por las casas
que en las tazas y platos lo ofrecían
y el amor, en los aires de balcones
se percibía junto a los maceteros.
Cuando recorrí ciudades
y aldeas, algún pétalo de amor
ondeando por polvorientas carreteras,
rozó mi cara y pintó colores en los ojos.
Allá, en la lejanía de los mares,
descubrí, como Ulises, la música
de los amores entre las olas y la soledad.
viernes, 1 de febrero de 2013
Acumular y sumar, un destino del hombre - Bodegones de Carlos Mercado
Morfología y grafía de los números
Un propósito del ser humano es una gestión de ganancia absoluta en todo desempeño de su diaria vida. La suma y no la resta es su designio.
Los números no se crearon para restar, sino para aplicar conceptos de acumulación en los escrutinios de la formación de bienes.
Aún cuando éste emprenda una campaña para restar efectos nocivos a la ecología del planeta, estará sumando elementos positivos para sanear la vida del orbe; acumulando y aumentando recursos y actitudes, que favorezcan al planeta, agregando felicidad en la convivencia de sus habitantes.
La propia grafía y diseño de los números, tienden a aumentar y engrosar su configuración
Del 0 al 9 todos los números son originales y ninguno repite su formato, el trazo de su dibujo, es una gradación cada vez mayor en su estructura, testifica y muestra que ha alcanzado una unidad mayor que su volumen anterior. Esto, no solo en el valor de sus unidades, sino mayor en la proporción de su grafía. Destinados como están, los dígitos, en su formato a presentarse cada uno en la sucesión, más corpulento que el anterior para indicar ganancia en el corpus.
Así el 0 es óvalo que representa la funda o bolso- también talega- vacía, sin que cargue nada en su interior. Ese cero o bolso vacío estará a la espera de guardar valores cuando aparezcan. De lo contrario es símbolo de nada.
El uno ( 1 ) es de una delgadez obligada. Representa la primera unidad de un bien adquirido.
El número dos ( 2 ) ya empieza a transformar su figura ostentando orejita que es símbolo de la llenura que comienza a abultar.
El número tres ( 3 ) -- nos referimos a su escritura manuscrita en el principio de su creación -- lo presenta un falo y un trazo inconcluso de la bolsa que guarda dos testículos. Falo y dos testículos suman tres bienes. La bolsa es símbolo de llenura. Con el paso de las generaciones, los dos puntos desaparecieron.
El número cuatro ( 4 ) exhibe cuatro triángulos, uno cerrado y los demás abiertos.
El número cinco ( 5 ) dibuja un cometa o papalote en el aire, con cola o rabo para su equilibrio entre las primeras cinco unidades y las siguientes cinco. Si se cierra su cabeza como en el principio, enseña los cuatro palitos del rombo y la orejita de la llenura.
El número seis ( 6 ) panza a la izquierda o bulto que representa nueve meses de embarazo, con la abstención del coito simbolizado por la bolsa donde se ocultan los testículos. La bolsa y los testículos forman tres en negativo : no coito. A nueve meses de embarazo, se le restan los tres de no coito quedan seis que es su valor.
Curiosidad : Si se coloca el nueve sobre el seis tomará la figura de una mujer en gestación.
El número siete ( 7 ) es el símbolo numérico de la buena suerte. Hace una referencia velada o tácita a la parábola de las siete vacas gordas. Es la grafía del gancho con el que se arranca las frutas-- fruto de lo acumulado o ahorrado -- gancho o atractivo para atrapar la suerte de ganancia de bienes. Consta de tres palitos y dos ángulos que suman cinco elementos o partes, pero antiguamente a la raya oblicua le cruzaba una tilde que presentaba, en ambos lados del trazo reclinado, las dos astas del bóvido bíblico. En tal caso sus partes sumaban siete.
El número ocho ( 8 ) eran dos orzas, vasijas de barro cocido --arcilla-- que se colocaban una junto a la otra y, en cada orza sin orejas o asas, contenían cuatro partes cada una que sumaban ocho. ( La frase : " Te voy a decir cuatro cosas ". No era así. Era : " Te voy a dar cuatro orzas... ). Luego se colocaron una sobre la otra y evolucionó su grafía. Al principio se decía ( orcho ) que viene del nombre en latín, ( urceus ) El latín vulgar lo transformó en ocho.
El número nueve ( 9 ). Su nombre viene del latín, ( noven ) y del francés neuf que también significa nuevo. En un principio se oscurecía su óvalo y se relacionaba con la luna nueva. al no encontrarse un número que resultara tan original como los precedentes, se optó por tomar el seis y colocar su óvalo hacia arriba como la luna. Lo original del nueve es su posición.
No existen números para la resta. Después que se crearon los números para la suma, la humanidad convino en usar los dígitos de la suma precedidos por una rayita horizontal de valor negativo para efectuar resta. Pero esa es una operación aritmética, no la presentación propiamente diseñada de números originales para la resta.
De la misma manera que el linguista Zamenhof creó el esperanto como lengua universal, se puede esperar que alguna mente inquieta presente el nacimiento de los nuevos y originales números para la resta.
Esta reflexión sobre los números es motivada por la apertura interesante, que exhibe la facultad de antropología de la U. P. R., sobre distintos tipos de romanas. En ellas resaltan, además de los números, la intención de estos artefactos de sopesar o ponderar el cuerpo de una impronta.
Además de todas la fotografías en que se destacan las variadas balanzas y básculas antiguas y de reciente invención , figuran dos romanas sobre una mesa. Ofrecidas como raro bodegón : una romana roja con un plato metálico cromiado, dentro del cual se ha puesto la mitad de una calabaza y una base redonda de menor proporción, y sobre ella unas macizas pesas que exhiben números en la parte central.
Otra pequeña mesa sobre la cual se muestra una romana que parece la esfera de un reloj. Esta esfera descansa sobre una palangana de su oficio y en ella desmayadas las cadenas pensil de los objetos a pesarse. Su blanca esfera presenta los números del cero al nueve.
Cuánto pesa, cuánto vale.
jueves, 10 de enero de 2013
Torneo de tenis parvulista - Bodegones de Carlos Mercado
Esta vez la mañana acogía a todos con claridad, brillante y calurosa. Los predios de las canchas se ofrendaban florecidos de inquietos niños. En el campo de juego estaban sembradas las parejas practicando sus destrezas. Entre los niños tenistas se veían los pro dando indicaciones y atisbando consejos. El vocerío acentuaba la algarabía y semejaban gorjeos de bandadas de ruiseñores. Muchos padres y madres cargando los bultos y demás pertenencias de los cachorros con bolsos para guardar meriendas, agua y refrescos.
Las superficies sólidas pintadas de verdes chispeaban de sol. Varias parejas desarrollaban sus juegos. Lucían capacitados y con dominio del deporte. Los padres y demás espectadores aplaudían los aciertos. Habían niños y niñas que enojados y desilusionados por alguna jugada perdedora, lanzaban sus raquetas contra el piso.
Había una atmósfera de movimiento, un hormigueo de muchedumbre expuesta al sol y bajo los cobertizos: oficiales del evento, padres y madres y los párvulos nerviosos esperando turnos. Bolas que saltaban por el aire y los pájaros negros que crascitaban de los árboles a las verjas. Sobre todo, el rítmico golpe de las raquetas.
Me impresionó un pequeñuelo que lanzaba la bola donde quería, con asombrosa precisión y, acumulaba puntos con aparente facilidad. Pregunté por el padre y me señalaron a una joven pareja sentados bajo el cobertizo. Me informaron por la pasión que su pequeño vástago sentía por el deporte del tenis. la madre era profesora de alumnos de enseñanza especial y, el padre se desempeñaba como conserje en la misma institución.
Me ocupé de ir hasta la mesa de inscripción donde ofrecían el itinerario de los juegos para los demás días. Allí se extendía una mesa rectangular cubierta por una sábana blanca y sobre ella, las pilas de panfletos y documentos de inscripciones. Una estatuilla de un zagal jugador de tenis. A la derecha, frente a las personas que permanecíamos cercanas a la mesa, se destacaba una impresionante columna en forma piramidal, de bolas de tenis de color verdoso - fosforescentes, rodeadas en primera instancia, de una porción reticular que sostenía su estructura apretada para que ninguna bola pudiera correrse. En segundo orden, se había creado una pared alrededor de la base, compuesta de raquetas colocadas de canto y unidas por los mangos, unos sobre otros mediante una fina pita que los enlazaba. Las bolas todas de diferentes marcas : Wilson, Prince, Penn, Dunlop, Tretorn y en la cúspide, una bola color de rosa.
Las superficies sólidas pintadas de verdes chispeaban de sol. Varias parejas desarrollaban sus juegos. Lucían capacitados y con dominio del deporte. Los padres y demás espectadores aplaudían los aciertos. Habían niños y niñas que enojados y desilusionados por alguna jugada perdedora, lanzaban sus raquetas contra el piso.
Había una atmósfera de movimiento, un hormigueo de muchedumbre expuesta al sol y bajo los cobertizos: oficiales del evento, padres y madres y los párvulos nerviosos esperando turnos. Bolas que saltaban por el aire y los pájaros negros que crascitaban de los árboles a las verjas. Sobre todo, el rítmico golpe de las raquetas.
Me impresionó un pequeñuelo que lanzaba la bola donde quería, con asombrosa precisión y, acumulaba puntos con aparente facilidad. Pregunté por el padre y me señalaron a una joven pareja sentados bajo el cobertizo. Me informaron por la pasión que su pequeño vástago sentía por el deporte del tenis. la madre era profesora de alumnos de enseñanza especial y, el padre se desempeñaba como conserje en la misma institución.
Me ocupé de ir hasta la mesa de inscripción donde ofrecían el itinerario de los juegos para los demás días. Allí se extendía una mesa rectangular cubierta por una sábana blanca y sobre ella, las pilas de panfletos y documentos de inscripciones. Una estatuilla de un zagal jugador de tenis. A la derecha, frente a las personas que permanecíamos cercanas a la mesa, se destacaba una impresionante columna en forma piramidal, de bolas de tenis de color verdoso - fosforescentes, rodeadas en primera instancia, de una porción reticular que sostenía su estructura apretada para que ninguna bola pudiera correrse. En segundo orden, se había creado una pared alrededor de la base, compuesta de raquetas colocadas de canto y unidas por los mangos, unos sobre otros mediante una fina pita que los enlazaba. Las bolas todas de diferentes marcas : Wilson, Prince, Penn, Dunlop, Tretorn y en la cúspide, una bola color de rosa.
miércoles, 2 de enero de 2013
Metodología de los Bodegones
11.1 Bodegones:
Es un nuevo género literario inspirado en los bodegones pictóricos del pintor puertorriqueño Carlos Mercado. Pero llevado a la literatura por el escritor lareño del mismo nombre.
11.1.2 Bodegones de Carlos Mercado:
Se llaman con este nombre, los escritos donde se trabaja una especie de estampa, que expresa la pintura en prosa de un bodegón exhibiéndose en algún lugar.
11.1.3 Características:
A) El lugar donde se presenta el bodegón es inusitado y, a veces, esotérico.
B) El objeto o plasticidad que constituye al bodegón no es consuetudinario en los bodegones pintados.
C) Propone una estructura semántica semejante a un signo de la semiología.
D) Se aleja del concepto -- naturaleza muerta -- porque su plasticidad entraña vida y es vivificante.
11.1.4) Creatividad :
Busca la originalidad y apuesta a un posterior desarrollo en el pensamiento o idea de quienes advengan en su cultivo.
11.1.5) Naturaleza muerta :
No hay tal cosa como naturaleza muerta de los bodegones.
Cuando en ellos se presenta una fruta partida, donde se ve su interior y, allí se muestran las semillas de su composición, trasciende el mensaje del hálito vital porque dichas semillas representan la potencialidad de la vida. Todos los objetos que le puedan acompañar están ahítos de significación semiótica que se van creando a sí mismo, en cadena semántica infinita.
Es un nuevo género literario inspirado en los bodegones pictóricos del pintor puertorriqueño Carlos Mercado. Pero llevado a la literatura por el escritor lareño del mismo nombre.
11.1.2 Bodegones de Carlos Mercado:
Se llaman con este nombre, los escritos donde se trabaja una especie de estampa, que expresa la pintura en prosa de un bodegón exhibiéndose en algún lugar.
11.1.3 Características:
A) El lugar donde se presenta el bodegón es inusitado y, a veces, esotérico.
B) El objeto o plasticidad que constituye al bodegón no es consuetudinario en los bodegones pintados.
C) Propone una estructura semántica semejante a un signo de la semiología.
D) Se aleja del concepto -- naturaleza muerta -- porque su plasticidad entraña vida y es vivificante.
11.1.4) Creatividad :
Busca la originalidad y apuesta a un posterior desarrollo en el pensamiento o idea de quienes advengan en su cultivo.
11.1.5) Naturaleza muerta :
No hay tal cosa como naturaleza muerta de los bodegones.
Cuando en ellos se presenta una fruta partida, donde se ve su interior y, allí se muestran las semillas de su composición, trasciende el mensaje del hálito vital porque dichas semillas representan la potencialidad de la vida. Todos los objetos que le puedan acompañar están ahítos de significación semiótica que se van creando a sí mismo, en cadena semántica infinita.
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